viernes, 16 de mayo de 2014

LA MAQUINARIA DE LA DROGA

En el VRAE…

Naranjal de 

pozas

Foto
Mientras los vuelos de las narcoavionetas bolivianas zumban sobre el VRAE, con el puente aéreo del narcotráfico funcionando a todo motor, en tierra, bajo la copa de los árboles se intensifica febrilmente el procesamiento de la droga.
Dado que, por lo menos hasta ahora, se le ha regalado el espacio aéreo al narcotráfico, en el terrestre prosiguen, aunque insuficientes y quizá fútiles, las esforzadas acciones por interdictarlo.
Varias bases militares han incorporado las acciones antidroga como parte de su trabajo. No es uno estrictamente militar sino mixto, con policías incorporados a las patrullas y bajo el conocimiento y control de fiscales antidroga, que en ocasiones acompañan también a las patrullas.
En el sur del VRAE, desde las cuatro de la madrugada del lunes cinco de mayo, dos patrullas del Batallón Contraterrorista Nº 34, de la 2da. Brigada de Infantería del Ejército avanzaron silenciosamente en medio de la selva para intervenir lo que sus fuentes de inteligencia les habían indicado que era un lugar de elaboración de droga.
Mapa de la zona donde se desarrolló el operativo.
Mapa de la zona donde se desarrolló el operativo.
Reforzadas con varios policías, en un operativo previamente coordinado con la primera fiscalía provincial de Ayna, San Francisco y el fiscal provincial antidrogas de Ayacucho, las patrullas lograron acercarse sin ser detectadas. La creciente contaminación de los cursos de agua que desembocan en el Apurímac les sirvió como referencia final para llegar al lugar.
Fueron avistados en la parte final de su aproximación y hubo un corto intercambio de disparos, seguido, como suele suceder, de la fuga de los narcotraficantes, mientras las patrullas avanzaban y ocupaban la zona de rústico procesamiento de pasta básica de cocaína.
Ahí no encontraron no una ni dos sino dieciséis pozas de maceración, once de las cuales estaban en plena actividad de procesamiento. Había insumos apilados y un pequeño motor de generación eléctrica.
La carga de las once pozas en procesamiento simultáneo iba a producir, a decir del personal de intervención, 350 kilos de droga; es decir, lo necesario para llenar una narcoavioneta.
 Una de las once pozas de maceración halladas en plena actividad de procesamiento.
Una de las once pozas de maceración halladas en plena actividad de procesamiento.
Entre las pozas e implementos, las patrullas de intervención encontraron los viejos pero muy eficaces (para distancias medias y largas) fusiles Mauser y pistolas, estas sí muy modernas.
Luego de la prolija redacción de actas, confiscaciones y pesajes, vino el momento del fuego y las 16 pozas además de los implementos, incluyendo el motor generador, fueron incinerados.
En la noche, las mismas patrullas cruzaron el río Apurímac e intervinieron el caserío de Villa Quintarina, donde lograron confiscar 15 kilos de pasta básica y algunos insumos. Fue un complemento de la operación previa, la tarea final de una buena jornada que, después de un gran esfuerzo, significó un vuelo menos de narcoavioneta.
A la distancia, el zumbido de motores rasgando el aire de la selva accidentada indicó que otras decenas de vuelos sí culminaban su cometido a lo largo y también lo ancho del VRAE

No hay comentarios:

Publicar un comentario