domingo, 23 de marzo de 2014

CAÍDA PRESIDENCIAL EN LAS ENCUESTAS

Caídas estrepitosas

Por: Carlos E. Paredes
1. “Caídas estrepitosas” es el título que Alfredo Torres escogió para su análisis de la última encuesta de Ipsos, en la que se muestra que la aprobación del presidente Humala cayó a su punto más bajo (25%, 8 puntos menos que en febrero). Como resalta Torres, la aprobación actual del presidente está por debajo del 34% que registraba Alan García en marzo del 2009 (el mes comparable de sus presidencias). Sin embargo, en ese entonces estábamos atravesando por la crisis financiera internacional más fuerte de los últimos 75 años y sufriendo una marcada desaceleración económica.
2. ¿Qué problemas enfrentamos que expliquen esta caída en la aprobación presidencial? ¿No éramos la estrella económica de la región? ¿Acaso no nos fue relativamente bien en el diferendo marítimo con Chile? La verdad es que duró muy poco el rédito político del fallo de La Haya. Qué lástima, pues la pérdida de popularidad del presidente probablemente socave aún más su liderazgo, lo cual perjudica no solo la gobernabilidad del país, sino que introduce más incertidumbre justo cuando la inversión privada y el crecimiento se desaceleran.
3. Las razones que han esgrimido diversos analistas políticos para explicar este declive son múltiples: la creciente injerencia de la primera dama en el Gobierno, el haber duplicado los sueldos a los ministros a la vez que se cerraba toda posibilidad de revisar el salario mínimo, la humillante salida del ex primer ministro César Villanueva y el estilo inusitadamente confrontacional del presidente. Pero ninguna de estas posibles explicaciones aparece como un factor relevante en la encuesta de Ipsos. Para los encuestados que no aprueban la gestión presidencial, los dos factores más importantes que explican su desaprobación son la percepción de que el presidente no cumple con lo prometido y la inseguridad ciudadana.
4. Y regresando al título, tal vez no haya caída más estrepitosa que la de un avión que pierde altura y se estrella. La analogía es interesante. En su libro “Outliers”, Malcolm Gladwell analiza una serie de catástrofes aéreas y nos muestra el rol del factor humano y la cultura en estos accidentes. En muchos casos, el piloto estaba estresado y prestó poca atención a lo que le decían sus subordinados; en algunos accidentes, el copiloto y el primer oficial no le dijeron al capitán, con la fuerza suficiente, que pensaban que este estaba cometiendo un error; en otros casos, el no haberse comunicado de forma adecuada con la torre de control tuvo consecuencias fatales. Todas las aeronaves tienen un solo asiento de piloto, pero ningún fabricante de aviones espera que estos sean manejados exclusivamente por el capitán o que este no cuente con el total apoyo de su tripulación.
Es más, en algunos de los casos examinados por Gladwell, el que el piloto haya traído a la cabina de mando a la tripulación de relevo para que lo asista permitió sortear la crisis y que todos los pasajeros lleguen sanos y salvos a sus casas.
5. La noche del viernes en que Ipsos terminó con su última encuesta, el Gobierno de Ollanta Humala enfrentaba su peor crisis política. Y el lunes pasado el avión del nuevo Gabinete Ministerial no se estrelló en el Congreso de puro milagro. Tras este grave e innecesario tramo de turbulencia, esperamos tener un vuelo más seguro y tranquilo. Nadie en su sano juicio quiere que el piloto fracase, pues todos somos pasajeros del avión. Pero debe ser claro que los responsables de llevarnos sanos y salvos al 2016 están en la cabina de mando. El resto solo podemos disfrutar del vuelo o asirnos de nuestros asientos.

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