La actual situación de inseguridad que se genera-en el país- por la falta
de atención oportuna, de capacidad de previsión y de la ausencia de una
estrategia inteligente del sector correspondiente, alienta a que los actos
delictivos crezcan-como cáncer- en forma exponencial, ocupando los espacios que
conceden las autoridades y en muchos probados casos, consentidos por la
corrupción institucional.
Estos actos negativos-entre otros
factores- los origina el narcotráfico, cuya cortina de humo es el mal llamado
terrorismo, que conforman huestes de
sicarios con el apoyo logístico que
proviene de aquellos. Es más, muchos de los conflictos sociales son financiados
por la misma fuente, con la obvia finalidad de distraer a los encargados de
mantener el orden interno y la seguridad ciudadana.
Por otro lado, está comprobado que dentro de las áreas de
influencia de producción y comercialización de las drogas, muchas autoridades
vienen siendo elegidas con la financiación que otorga este grupo criminal, de
modo tal que “surjan” los líderes- a favor de estos malos elementos- que se
oponen a todo, so pretexto de la defensa medio ambiental, de la exigencia de derechos no concedidos o
por cualquier otro pueril concepto.
ESTRATEGIA Y SERVICIO DE
INTELIGENCIA
Estimo que el problema más grave, hoy en día, es que no
se “ejerce la autoridad” a la que se adiciona la falta de capacidad de
convocatoria que permita imponer la disciplina y el
respeto de los derechos fundamentales. Es más, los gobernantes “no asumen la responsabilidad política”
por la que fueron elegidos.
El probable control y reducción
delincuencial, radica en aplicar la ley del Sistema de Seguridad en toda su
dimensión, en el corto y mediano plazo.
La ley 27933 de febrero del 2003, que crea el Sistema Nacional de
Seguridad determina las acciones y
participación del gobierno centralizado y de las regiones y gobiernos locales,
que integra a todos los actores de la sociedad: Juntas Vecinales, autoridades,
empresarios, instituciones de seguridad pública y privada, bajo la dirección
del Consejo Nacional y de los Comités de Seguridad respectivamente.
En el Presupuesto General de la República los recursos asignados deben ser
racionalmente distribuidos en el resto de este período gubernamental, de modo
tal que permita adquirirse un sistema de comunicación integrado a nivel
nacional, fortaleciendo el Servicio de
Inteligencia cuya misión debe ser la focalización de las acciones delictivas a
fin de reducir su crecimiento.
Simultáneamente debe difundirse y
orientar a los funcionarios de las
instituciones regionales y locales para que suscriban convenios o
alianzas de cooperación, con el Ministerio del Interior y/o de Justicia, para que de acuerdo a la ley de Promoción de
la Inversión Privada financien la creación de comisarías, locales policiales,
establecimientos penitenciarios, sistemas de seguridad y otros relacionados con
este tema. La ley-además- les franquea esta posibilidad a las instituciones
mencionadas al suscribir alianzas con el sector privado, bajo las diversas
modalidades de “Obras por Impuestos, Iniciativas Privadas y/o Asociación
Público Privada” cuyos recursos provienen de PROINVERSION.
COORDINACION INTERINSTITUCIONAL
Se debe recurrir a una difusión educativa, a nivel nacional, para comprometer
a todas las comunidades, a unirse en esta jornada de ordenamiento, respeto y
pacificación,
capacitando-simultáneamente- a los efectivos y brindándoles un adecuado
tratamiento socio-económico y político.
Las escuelas de suboficiales deben ponerse en intensa actividad bajo una
estructura curricular basada en principios morales y de buenas costumbres, a
los que se adicionen el conocimiento del Código Civil y Penal, el conocimiento
de la Constitución Política y de acuerdo a sus especialidades, prepararlos en
los temas de su competencia
La Seguridad Ciudadana y el Orden Interno, es responsabilidad -por
ley- de los gobiernos nacional, regional
y local, cuya capacidad de convocatoria debiera compromete a todos los actores
sociales.
El mayor número de efectivos debe provenir de las escuelas de sub oficiales
sin perder de vista el apoyo logístico
y en general el equipamiento ad hoc a la misión del elemento policial.
La legislación debe modificarse para que se ampare a los efectivos- salvo
excesos comprobados -evitándose las
leyes vigentes que rigen al país, pues estas ayudan indirectamente, a los actos
delictivos al aceptarse los recursos de
amparo o de los habeas corpus u otras argucias legales.
EL RIESGO DE LA SOBERANÍA
Siendo meridianamente claro que el
NARCOTRAFICO induce a todas las acciones delincuenciales y a los movimientos
sociales, productos de “cualquier justificación” y que la cortina que les permite procesar y
comercializar las drogas, se ampara en el terrorismo, la prostitución, la
delincuencia, la corrupción a todo nivel, la drogadicción-entre otros- que
distraen una acción orgánica, se debe poner el máximo de nuestra decisión, evitando
el alto riesgo de la estabilidad democrática.
Por todo esto sugiero:
Ø Modernización y Reforma Institucional de la PNP.
Ø
La instalación de un Sistema
Satelital para detectar los factores negativos
para elaborar el catastro de las potencialidades, y -esencialmente- como
herramienta de Defensa Nacional.
Ø
La convocatoria Presidencial a los
Poderes del Estado y a todos los actores sociales para unirnos en el esfuerzo
de evitar el riesgo de la ingobernabilidad, asumiendo la responsabilidad
compartida para lograr la pacificación del país y evitar que se instituya la anarquía.
Ø
Convocar a especialistas civiles,
militares y policiales para establecer una ESTRATEGIA de acción en un espacio
atípico, que descarta los planes convencionales, especialmente en las zonas de
producción de drogas.
Ø
Cuantificar y abastecer el apoyo
logístico de aprovisionamiento de armamento ad hoc al espacio geográfico,
municiones, medicinas, alimentos y equipamiento dado el riesgo. Fijar al
personal destacado en las zonas críticas con una BONIFICACIÓN EXCEPCIONAL y SEGUROS DE
ORFANDAD, difundiendo sistemas psicosociales a las comunidades afectadas, basados en un cronograma de "Inversiones" para
el desarrollo zonal, atendiendo sus necesidades básicas.
Ø Instalar
HOSPITALES DE CAMPAÑA en los frentes críticos,
para la atención inmediata, disponiendo-además- de sistemas de
comunicación de última generación para solicitar ayuda inmediata en casos
requeridos.
Ø
Fijar la mejor técnica y
estrategia para reducir los actos que contravengan a la seguridad y orden
interno. Deberá tenerse en consideración
que la comunicación VERBAL entre los nativos, es más veloz que nuestras
comunicaciones modernas y tecnológicas y su efecto es devastador.
Ø
Dar cuenta periódica de los
acontecimientos ocurridos, en los diferentes frentes y publicar en todos los
medios de comunicación–a los que se debe comprometer- para que en los espacios
nacional e internacional se difunda nuestro compromiso de pacificación nacional y
la erradicación de factores negativos que atentan contra el desarrollo y la
mejor calidad de vida de nuestra población.
Ø
Declarar el Estado de Emergencia en
zonas de conflictos sociales cuyas
manifestaciones no son justificables,
abriendo simultáneamente el diálogo para
superarlos. Factores exógenos "levantan" al pueblo so pretexto de
cualquier cosa para distraer la atención de un tema que debe tener prelación:
LA GUERRA FRONTAL CONTRA EL NARCOTRAFICO.
Ø
Solicitar a los organismos
internacionales y a los gobiernos democráticos sudamericanos, el apoyo para
combatir al NARCOTRÁFICO y sus efectos colaterales en defensa de la salud
mental y física de la juventud y de la niñez.
Ø
La instalación móvil de Centro de
Operaciones, en cada frente con capacidad de decisión y comunicación directa
con el Presidente de la República.
Ø Conformar una Comisión de Defensa para que el Gobernante, en su calidad
de Jefe Supremo de las FFAA Y Policiales, decida con sus asesores las acciones
oportunas.
Ø
Simultáneamente -a estas acciones-
se deben programar e iniciar actividades
de desarrollo socio-productivo, de salud, educación y atención preeminente a
las necesidades de la zona y de su interconexión regional, como política de
inclusión.
Finalmente tengo la convicción que no se requieren acciones épicas, sino
que simple y llanamente, se debe ejercer
la autoridad de la que está investido el
gobernante asumiendo la responsabilidad política de sus decisiones en bien del
ciudadano.
Voluntad, política, capacidad de convocatoria, inteligencia de propuestas,
respuesta inmediata a las agresiones y unidad de criterio inter institucional,
es el mejor camino para reducir la delincuencia, pacificar al país e iniciar el
desarrollo sostenido, optimizando la biodiversidad de nuestros ámbitos
espaciales, unidos y en paz.
Gastón Barúa Lecaros
DNI 09336235
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