miércoles, 9 de abril de 2014

LA DESCOLONIZACIÓN DEL SAHRA


En búsqueda del reconocimiento: los Saharauis y su lucha en África
 Saharaui es el gentilicio de los habitantes del Sahara Occidental, una nación del norte de África a la que el Perú reconoció en 1984. Sin embargo, en 1996, de manera inesperada se suspendieron todas las relaciones. ¿Por qué esta decisión no fue la mejor? Para entenderlo mejor, debemos conocer un poco más de los Saharauis y su trágica historia.
 Los orígenes de esta nación se remontan a la segunda mitad del siglo XX, cuando las potencias coloniales europeas empezaron a dejar sus últimas posesiones en África. En 1956, Marruecos logra independizarse de Francia y España y reclama soberanía sobre el Sahara Occidental, aún bajo dominio español. Años después, Mauritania se une a las reclamaciones territoriales poco después que la ONU abogara por la descolonización del Sahara Occidental por parte de España.
 La lucha armada consiguiente entre el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro) y los españoles llevó a la Firma de los Acuerdos de Madrid en 1975 en los que España cedía sus derechos administrativos a una administración temporal tripartita compuesta por España, Marruecos y Mauritania. Los Saharauis, ante la consiguiente ocupación militar Marroquí y Mauritana, se vieron obligados a luchar en una guerra de guerrillas derrotando a esta última nación, aunque no pudieron evitar la ocupación marroquí.
 Desde entonces, los Saharauis han emprendido una campaña internacional para que se les reconozca su principio de autodeterminación conforme a la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la cual se consagra la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales aprobada en Diciembre de 1960. El 16 de octubre de 1975, la Corte Internacional de Justicia de la Haya emitió un dictamen en el que declaró que no existe vínculo alguno de soberanía territorial entre el Sahara Occidental y el Reino de Marruecos o Mauritania.
 Además, la Resolución 1754 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reafirma la necesidad de encontrar una solución política al conflicto del Sahara Occidental que garantice su derecho a la autodeterminación. En base a esto último, se ha solicitado un referéndum que permita al pueblo saharaui decidir su destino como nación. Este pedido, lamentablemente, ha sido ignorado por muchos años. La ONU envió en 1991 una misión (MINURSO) que busque dar garantías al alto al fuego y a un eventual referéndum. En enero del 2002, el Departamento de Asuntos Jurídicos de la ONU, indicó que los Acuerdos de Madrid no cedían soberanía sobre el Sahara Occidental y que Marruecos ni Mauritania podían ser potencias administradoras ya que ese derecho no lo podía transferir España unilateralmente.
 La ONU no ha reconocido la administración de Marruecos ni en su momento la de Mauritania y sigue considerando al Sahara Occidental como un territorio pendiente de descolonización. Ningún otro país reconoce la soberanía de Marruecos, mientras que 61 países reconocen al Estado de Sahara Occidental, incluyendo su inclusión en la Organización para la Unidad Africana en 1982. Este movimiento internacional parece no importarle a Marruecos, quien no sólo sigue ocupando ilegalmente un territorio sino que también atenta contra los Derechos Humanos de este pueblo al separar el territorio y familias a través de muros de 2720 km de largo protegidos por 130,000 soldados y rodeados de millones de minas antipersonales. Esta política represiva le cuesta a Marruecos 2’000,000 de euros diarios obligando a gran parte de la población Saharaui a refugiarse en campos de fugitivos en Argelia.
 Recientemente, en una decisión histórica, la Cámara de Diputados de Chile aprobó una resolución pidiendo se reconozca al nuevo Estado y se establezcan relaciones diplomáticas. El Perú, conforme a los principios de libertad y democracia que lo definen como nación, no puede quedarse atrás y debe reconocer la independencia de Sahara Occidental y hacer manifiesto su apoyo y solidaridad con el pueblo Saharaui que, al igual que nosotros acabamos de hacerlo en La Haya, busca solucionar las diferencias con Marruecos de manera pacífica y conseguir la libertad que toda nación debe tener para buscar el bienestar de su pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario