¿Qué futuro tiene un fujimorismo dividido?
La compra de un kit electoral para inscribir al movimiento “Frente Avanza Libertad” ha removido los cimientos de la coalición fujimorista. ¿Nuevo candidato a la vista? La rivalidad entre los llamados “keikistas” (los que apoyan las directivas aparentemente moderadas de Keiko Fujimori) y los “albertistas” (los que siguen las directivas del sentenciado Alberto Fujimori, cuyo brazo operativo sería Kenyi Fujimori) es cada vez más visible e incluso se habla de una temprana fractura. La prensa ayayera, por supuesto, no quiere levantar esta división pues el “candidato fujimorista” siempre será una alternativa para mantener el modelo neoliberal. ¿Qué futuro tiene un fujimorismo dividido?
Las “etiquetas” del fujimorismo
No han existido diferencias significativas entre las agrupaciones creadas alrededor de la figura de Alberto Fujimori. Estas han sido, más bien, etiquetas que cubren similares visiones de la política y del desarrollo del país. Cambio 90 se formó específicamente para llevar a Fujimori a la Presidencia de la República en 1990. Lo que queda de Cambio 90 se lo ha apropiado Andrés Reggiardo, padre del actual congresista Renzo Reggiardo. Más tarde, Nueva Mayoría se creó post autogolpe de 1992 con el objetivo de contar con una bancada congresal para respaldar al dictador. En 1998, nace la agrupación fujimorista Vamos Vecino, liderado por el ex ministro Absalón Vásquez, la cual se perfiló con algún éxito en las elecciones municipales.
Hacia finales de la década de 1990, estas “etiquetas” tienen como fin obtener la segunda reelección presidencial de Alberto Fujimori. Vamos Vecino, Cambio 90 y Nueva Mayoría se unen y conforman Alianza Perú 2000, con la que Fujimori participó en la elección fraudulenta de ese año, terminando con un breve mandato y su posterior huida a Japón. En 2005, solo Cambio 90 y Nueva Mayoría conforman Alianza para el Futuro que logra una importante bancada en el Congreso mientras que Vamos Vecino desaparece de la escena política.
En 2006, se crea Fuerza 2011 para empujar la candidatura presidencial de Keiko Fujimori. Tras la fallida elección, y en medio de disputas y desencuentros, Keiko mantiene un perfil discreto, prefiriendo mantenerse al margen de las diferencias que se dan al interior de la coalición.
Más de lo mismo
Es imposible pensar un fujimorismo sin Fujimori. Entonces, ¿Tienen futuro dividiéndose? Es claro que una ruptura debilitaría a la coalición fujimorista que aún mantiene un importante nicho electoral. El fujimorismo ha tenido una difícil tarea al tratar de reconvertir su origen autoritario en un presente democrático, sobre todo porque su único punto de agenda ha sido sacar a su máximo líder de prisión. Ni siquiera Keiko Fujimori se perfila como una lideresa de la oposición que pone en agenda temas de fondo.
Las múltiples “etiquetas” del fujimorismo muestran un nulo interés por construir una representación política de algún sector de la población. Se ha reiterado, más bien, su idea de partido político como formación oportunista que busca adecuarse al clima de cada proceso electoral. Sin mea culpa y sin reconocer el latrocinio y el terror que encabezó la mafia fuji-montesinista, el fujimorismo sigue sin abrir un camino hacia la democratización de la política. La ciudadanía sigue a la espera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario