martes, 13 de mayo de 2014

SOBRE EL RAPTO DE NIÑAS




El horror en Nigeria
Por: Lucía Dammert
La República, 11 de mayo de 2014
Comentario de Lampadia:
Lucía Dammert repasa y pone en contexto lo sucedido luego de que un grupo integrista radical musulmán secuestrara a 200 niñas en Nigeria por el hecho de que estén asistiendo a una formación escolar “occidental”. Lucía Dammert muestra como la reacción mundial es de indignación, pero escasa en respuesta institucional de la comunidad internacional.
Este es un tema que va más allá de lo de Nigeria, en el mundo se está viviendo varias situaciones inaceptables desde una perspectiva humana. Podemos indicar algunas como las de Corea del Norte, Siria, Sudán del Sur, Ucrania, Venezuela y Cuba.
La humanidad ha desarrollado un proceso de globalización económico que todavía es acompañado por instituciones creadas al final de la Segunda Guerra Mundial, que tal vez, tanto en aspectos financieros  como políticos, están muy lejos de las capacidades necesarias para permitir una mejor gobernanza global. En Lampadia volveremos sobre este importante tema.

ARTÍCULO:
Parece ciencia ficción. Un grupo armado cuyo nombre reclama en contra de la educación occidental, que tiene en su haber más de 4,000 muertes, entra a un colegio y se lleva a más de 200 niñas que estaban dando sus exámenes finales. Las niñas son secuestradas, ahora supuestamente serán vendidas y nadie parece saber dónde están, qué hacer y cómo enfrentar el problema. Pero es realidad.
Nigeria vive una situación de terror instalado hace muchos años. Un grupo integrista musulmán ha hecho de los secuestros de niñas un modus operandi natural. No es la primera vez y seguramente no será la última. Para ellos las mujeres no deberían educarse y quedarse en casa. Insisto, no estamos hablando de una mala película de horror sino de una realidad que por años no hemos querido ver.
Varios días han pasado del secuestro y los rostros de cientos de madres han inundado los medios de comunicación demostrando que la solución parece estar bastante más lejos de lo esperado. Pero la preocupación llegó a escala mundial, millones son los mensajes de redes sociales pidiendo por “algo” para que las niñas regresen. Desde Michelle Obama hasta ciudadanos de múltiples países mandan mensajes de solidaridad en el marco de un problema que posiblemente terminará como una tragedia.
El horror de las redes sociales, le podríamos llamar. La sensación de haber colaborado en un problema que requiere de mucho más acción que fotografía, pero que por ahora para muchos queda en una preocupación mundial que se mueve en el mundo virtual. Es cierto sin embargo que los millones de mensajes #bringourgirlsback ha generado aprendizaje sobre lo que pasa en este país africano que enfrenta debilidades institucionales profundas, precariedades políticas inusitadas y un proceso de violencia interna que vulnera a los más vulnerables.
Para muchos la principal interrogante es cómo este grupo fundamentalista puede crecer, sostenerse y mantener control en una parte del país. La realidad de Nigeria, el país con la economía grande de África y uno de los principales productores de petróleo del mundo, tiene mucho que ver. El norte del país es mucho menos desarrollado, la inversión pública es limitada y las instituciones de seguridad débiles, lo que ha generado que más de 250,000 personas se mudaran de sus zonas de vivienda solo en el 2014 y se estime que más de 3 millones enfrenten una situación de crisis humanitaria. El horror en Nigeria tiene múltiples caras y una de ellas es el abandono del gobierno de una parte importante del país, dejándolos a merced de grupos armados que destruyen infraestructura y matan a miles.
Estados Unidos ha ofrecido ayuda. En el último año se estima que la base militar del país en África ha realizado más de una acción militar al día, sin mayor claridad sobre el objetivo de las mismas queda la sensación que ofrecer ayuda podría terminar en una intervención militar más que en sanciones económicas.
200 niñas que serán tratadas como esclavas sexuales, que serán violadas y vendidas por el solo hecho de haber estado estudiando. 200 niñas desaparecidas de las que posiblemente no sabremos nada positivo pronto. La realidad siempre supera la ficción, el horror también.

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