martes, 20 de agosto de 2013

LA REFINERÍA DE TALARA DEBE MODERNIZARSE


 

¿Debemos ampliar Talara?

Por Cecilia Blume
Cuando en el mensaje del 28 de julio nuestro presidente hace anuncios de inversiones por un monto de US$2.730 millones, nos preguntamos si es necesario que el Estado invierta miles de millones de nuestros impuestos en “ampliar y desulfurizar” la refi nería de Talara (de Petro-Perú). Para decidir si eso es adecuado y útil para el país quizá ayuden las siguientes notas.
El petróleo resulta de la descomposición por presión y temperatura de restos orgánicos en tiempo geológico (millones de años). La actividad petrolera empieza con la exploración, estudios geológicos y luego de sísmica. Hasta la fecha, la única forma de saber a ciencia cierta si hay petróleo comercial, es perforando pozos. Si se tiene éxito, se pasa a la etapa de explotación.
La refi nería es un complejo industrial donde el petróleo crudo es transformado en destilados ligeros (GLP, gasolinas, nafta), medianos (kerosene y diésel) y pesados (parafi na y asfalto). Son varios procesos industriales para procesar petróleo y separar las cadenas orgánicas de carbono e hidrógeno. Los productos dependen de la calidad del petróleo y las características de la refi nería. Por ello, las refi nerías se diseñan dependiendo del tipo de crudo que se va a utilizar. Así, Talara, construida en 1929, se diseñó para el crudo de dicha zona: un crudo liviano, de alta calidad y sin azufre. En esa fecha los campos de Talara producían más de lo sufí ciente para abastecer la refinería. Hoy Talara tiene capacidad para procesar 60.000 barriles de crudo diarios, pero ya no hay esa cantidad de petróleo en la zona por decaimiento de los campos (algunos de más de 100 años), e igualmente se da la ausencia de nuevos descubrimientos. Hoy Petro-Perú importa petróleo de Venezuela o Ecuador de inferior calidad y con azufre para refinarlo en Talara.
El presidente Humala quiere destinar US$2.730 millones de nuestros impuestos para la desulfurización de la refinería de Talara pues nuestra norma nacional permite hasta 50 partes por millón (ppm) de azufre y el crudo que recibe Talara contiene más azufre. Ya que la desulfurización por sí sola no es rentable, aunque sí un requisito legal, tendría también que ampliarse la capacidad de refinación de la planta de 60.000 a 90.000 barriles. Esto eleva el monto de inversión en unos US$1.000 millones adicionales.
 Los presupuestos de inversión de los ministerios del Interior, Educación, Salud, Mujer y Midis para el 2013 ascienden juntos a US$1.010 millones aproximadamente. La “nueva Talara” costaría 3,7 veces más que lo destinado a seguridad, educación, salud y programas de ayuda social juntos (¿qué dirán los médicos del Minsa y Essalud?).
Antes de realizar esta inversión, el gobierno debe decirnos por qué deberíamos seguir importando petróleo con alto contenido de azufre para convertirlo en gasolina, kerosene, GLP y otros en Talara en lugar de importar estos derivados del petróleo ya refi nados y cerrar Talara, una planta obsoleta de 84 años.
Se dice que la ampliación propuesta por Humala responde a los que creen en las “industrias estratégicas” y estiman que requerimos más refinerías a pesar de no producir el crudo necesario para cubrir la demanda interna y estar sujetos a la importación.
Utilizar el dinero de todos los peruanos en proyectos multimillonarios merece una justificación. Esperamos que se nos explique la opción en Talara.

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