OLLANTA
HONESTIDAD O INCERTIDUMBRE
Por Sofía Flores
“A veces, el silencio es la peor mentira”.
Cómodamente sentado en el brillo de un sillón presidencial, Ollanta Humala hace un intermedio de su continuo deshojar pensando, ¿ lo hago o no lo hago?,¿ lo digo o no lo digo?, y si no que es lo que digo, ¿Qué digo?, mientras el gobierno también titubea entre los políticos haciendo números en sus lustrosas carteras, como añadirse más, o simplemente seguir indiferente ante los reales problemas de la nación.
Después de los penosos años de la recuperación nacional como consecuencia del terrorismo, un vez estabilizado el país como sucede en toda democracia plagada de burócratas hurgando como sacar provecho a las arcas nacionales, Alejandro Toledo llego a sentarse sobre un sillón, pacificado y una economía reinsertada internacionalmente , su gobierno tuvo el sello cantinflesco de la mentira perdida entre el léxico alargado de sus palabras , mientras indultaba e indemnizaba a los criminales terroristas ,nos enredó con el cuento de la democracia recuperada, mintió, miente y sigue mintiendo, Alan García después de mandarnos a la bancarrota, se le volvió a sentar en el sillón presidencial, pero esta vez su sello fue la indiferencia e ingratitud ,mientras indultaba o conmutaba las penas de sentenciados para darles la oportunidad en su reinserción a la sociedad, mantenía preso al gobernante que salvo al país de su desastroso primer gobierno, con todo el floreo de sus liderazgo aprista, le falto valor para hacer justicia al hombre que dio cara al conflicto dejado y a quien hoy la justicia y todos los moralistas políticos, se encargaron de condenar , Fujimori al final de cuentas es el elegido para desembocar toda la inmoralidad de nuestros gobiernos democráticos y sus representantes , los políticos inmorales necesitaban una cabeza , un reo ,un hombre en quien ensañarse, para regresar a sus cargos acostumbrados y seguir con la cultura corrupta de nuestra democracia , ahora insertada en el gobierno de Ollanta.
Ollanta no gobierna, tampoco lo hace su esposa Nadine, ambos cumplen un rol especifico y manipulador, el silencio con la ambigüedad de Ollanta y el accionar misionero de Nadine, concediendo dadivas por caridad, bajo un disfraz de bondad, para llegar al corazón de la gente y no dejarles pensar ni razonar.
Ollanta sigue los pasos de su ahora socio Toledo, con las eternas frases, “ vamos a hacer, lo estoy viendo, estoy estudiando, seguiré, veré...” y cuanto más adjetivos dubitativos existan, en todo caso la mecedora es la estrategia para mantener al pueblo ignorado.
No se atreve a hablar concretamente de sus planes económicos, sin tener el colchón de socios negociados primero, aquí la ayuda de Perú Posible es crucial porque en esta bancada son escasos los parlamentarios son cierto grado de moralidad, para los demás es fácil cantinflear , negociar y hasta mentir.
No se atreve a decir la candidatura de su esposa, hasta no definir o preparar su camino a la presidencia con ayuda del congreso.
Tal como lo hicieron Toledo y Alan García Ollanta aun siendo militar de carrera tiene temor a decir la verdad, a ser justo con la historia y con el país, el cual debería ser reflejado en el indulto hacia el ex presidente Fujimori.
Ollanta bajo su naturaleza castrense conoce y puede entender la situación de un gobernante en tiempos de conflicto armado, en todo contienda se resquebrajan los principios y solo hay un cuestión de honor, salvar la vida.
Mientras Ollanta siga con su posición cómoda de obviar dificultades, estas crecerán generando enfrentamiento entre peruanos, preocupando los intereses nacionales, generando desconfianza en el sector empresarial y/o internacional, denigrando así la situación del país.
Ollanta tiene claro dos panoramas de quien es su gran admirador, el chavismo y el velazquismo, haciendo formulas o queriendo cambiar mitos sobre la funcionalidad del estado en su rol empresarial , mas allá de un mito, hay realidades en nuestro país, que nos impiden compararnos con otros países o gobiernos , no se trata de enfrentarnos a mitos sino a la verdad, el chavismo y velazquismo fracasaron ,porque la solución no es espolvorear caridad , un país no solo se maneja con planes sociales , o buenas intenciones, se maneja con el cerebro de sus gobernantes para generar productividad y desarrollo.
Ollanta debe definir la dirección de su gobierno, las suspicacias e incertidumbres, son malos consejeros para la nación, en especial para aquellos peruanos que confiaron en su sello de campaña “honestidad para hacer la diferencia”
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