Alianza del Pacífico versus
Unasur-Alba-Mercosur
¿Desarrollo o juego
político?
Uno no deja así
nomás de jugar fulbito con sus patas del barrio, o de tomarse una chelita de
vez en cuando en el bar de la esquina, por más que algunos de ellos sean medio
ociosos o malandrines. Pero si se trata de la chamba, uno no puede dejar
de hacerla de la mejor manera para llevar los frejoles a los hijos y
darles la mejor educación posible. Con los países vecinos, es igual, no te
debes pelear con los vecinos irresponsables sabiendo que estas condenado a
vivir al lado, pero tampoco puedes seguir su mal ejemplo, porque ello supondría
amenazar el futuro de tus hijos. El realismo-político nos impone hoy
asumir una actitud, valga la redundancia, realista, en nuestras relaciones
con los países vecinos, pero nunca debemos confundir la “política del
barrio” con nuestros objetivos de desarrollo.
¿A qué viene esto?
Durante sus presentaciones internacionales, el presidente Ollanta Humala
le ha hecho guiños al estatismo y al libre-comercio, a los países de
Unasur-Mercosur-Alba, y también a los de la Alianza del Pacífico, cuyos
presidentes de Chile, México Colombia y Perú se reunirán en Cali para
eliminar el 90% de los aranceles de su comercio y avanzar en una integración esencialmente
económica, dirigida a fortalecernos en nuestras relaciones con el mundo global.
Durante el Foro
Económico Mundial en abril del 2013 en Lima, por ejemplo, el presidente
Humala señaló que “de una experiencia fuertemente pública en la
actividad económica en la década del 70, pasamos al otro extremo, al de reducir
al Estado a su mínima expresión”. Luego agregó: “Hoy venimos construyendo
una actitud más equilibrada…venimos trabajando para que nuestro país se encuentre consigo
mismo”. Un claro piropo al estatismo.
En noviembre del
2011 en Paraguay, Humala dijo que defender el papel del Estado “era un pecado,
porque iba en contra de la corriente neoliberal y de una ideología en que las
personas se convierten en mercancía”. Además cuestionó a las grandes
corporaciones que entablan demandas contra los estados. Otro piropo a los
países del Alba.
Posteriormente,
días después, durante la reunión de APEC en Hawaii, el presidente Humala
se preguntó: ¿Por qué invertiría yo en el Perú? Primero, porque las
condiciones macro económicas están dadas, hay estabilidad macro económica,
vamos a acabar el año con un superávit fiscal, tenemos aproximadamente 50 mil
millones de dólares en Reservas Internacionales y tenemos una política de
seguridad jurídica basada en lo que firmamos, lo respetamos. Un
pronunciamiento claro a favor del libre comercio que practican los países
de APEC y los de la Alianza del Pacífico.
Sin embargo
durante las exequias de Hugo Chávez cambió de dirección. Sostuvo que “hablar
del presidente Chávez es hablar del futuro porque seguía el sueño de la unidad
latinoamericana” e, inclusive, cuando una periodista le consultó si Chávez era
“un ejemplo a seguir para el mundo”, Humala Tasso respondió que sí lo era.
Luego vino la
frustrada compra de La Pampilla y quedaron muchas interrogantes: Aparentemente,
el jefe de Estado se siente más cómodo con Unasur-Alba-Mercosur, que en la
Alianza del Pacífico, pero no nos olvidemos que una cosa es jugar fulbito y
otra muy distinta, producir riqueza.
Alianza del
Pacífico versus Alba y Mercosur
La Alianza del
Pacífico reúne a México, Colombia, Chile y Perú sobre la base del libre
comercio. Representa un mercado de 200 millones de personas y un
producto bruto interno cercano a los 2 millones de millones de dólares, el
35% del total latinoamericano. En el 2012 exportaron casi el 50% de las
exportaciones regionales y si constituyeran una sola nación sería la
novena economía del planeta. Costa Rica y Panamá hacen cola para ingresar a la
Alianza,y Canadá y España asistirán como observadores a la reunión de Cali.
La mayoría de los
países del Mercosur y del Alba tienen economías sobreprotegidas, Venezuela y
Argentina encabezan los rankings de déficit fiscal e inflación en la región. El
proteccionismo es tan acendrado que, por ejemplo, Mercosur solo ha firmado acuerdos
comerciales con Israel, Egipto y la Autoridad Palestina.
Si bien el realismo político nos
obliga a mantener una política de buena vecindad con todos, no podemos dudar
sobre de con qué políticas superaremos la pobreza y llevaremos a nuestros hijos
al bienestar general. Fulbito con los patas, ok, ¿pero chamba?..., con los
socios.
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