lunes, 27 de mayo de 2013

TIEMPOS ELECTOREROS, TIEMPOS DE ESTAMPIDAS

Radiografía del escándalo

Dimes y diretes. Golpes de taquito verbal. En las últimas semanas se ha vivido una fiebre propia de una campaña electoral y tal parece que en el Perú nunca estamos fuera de una. Los posibles candidatos a la presidencia en el año 2016 están desde ya lanzando sus dardos contra sus posibles competidores. Sin embargo esto no parece una carrera, sino antes bien una versión peruana de los “Juegos del hambre” donde no sólo habrá un vencedor, sino que en el camino, muchos sepultados.
 “Me complace que la candidata del Gobierno me responda”, comentó un sonriente Alan García quien se encontraba en las portadas de diversos diarios por los distintos casos de corrupción donde estaría presuntamente implicado. La megacomisión investigadora presidida por Sergio Tejada ha demostrado dar en el blanco, de lo contrario no tendríamos a nuestro ex presidente tan picón. Remodelación del Estadio Nacional, programa Agua para todos, construcción de colegios emblemáticos, los petroaudios, los narcoindultos, etc. Hay diversos casos por los cuales Alan García debería responder a la opinión pública y a la justicia, por ahora su respuesta ha sido a los medios de comunicación y uno que otro dardo a Ollanta Humala (alias: el picón), a Nadine Heredia (alias: la candidata de gobierno) y a su eterno contrincante Alejandro Toledo (alias: el yerno feliz).
 El viernes que pasó el ex presidente aprista sostuvo que no volverá a acudir a la megacomisión que lo investiga por considerar una falta de respeto a un presidente. Lo que no queda claro es qué constituye esta falta de respeto. Sin duda, no está acostumbrado a que le pongan un alto. Sin embargo, no es más el personaje de las portadas.
 “Acepto la invitación de la Comisión de Fiscalización”, dijo con rostro cansado Alejandro Toledo, poco después de haber negado su participación en dicho espacio. Los retrocesos de Toledo, sin embargo no son cosa nueva. El enredo verbal en que se ha visto inmerso lo tiene a él como su propio enemigo. No ha logrado esclarecer la compra de una casa en Casuarinas por parte de su suegra, Eva Fernenbug quien, sin duda, se ha convertido en el ícono de la suegra soñada para muchos peruanos. A la fecha, la 38 Fiscalía Provincial de Lima ha abierto una investigación por lavado de activos contra Fernenbug. Si bien el ex presidente indica que va a “agarrar el toro por las astas”, mejor sería que toree esta situación ya que todo indica que será uno de los personajes más afectados en esta ola de denuncias que moja a casi todos los posibles presidenciables. Por último, la señora Eliane ha devuelto la pelota a la otra cancha cuando dijo, sin pelos en la lengua “el panzón, maléfico y asesino”, en referencia a Alan García.
 Pero hay otros personajes que con un perfil más bajo siguen en carrera y la lluvia de denuncias podría mojar en cualquier momento. Ese es el caso, por ejemplo, del ex presidente Alberto Fujimori quien, no hace mucho, presentó una nueva carta a la opinión pública. Está, sin duda, tentando el terreno. Su hija, y aparente heredera política “natural” según algunos fujimoristas, no ha desaprovechado el contexto de denuncias entre sus posibles contrincantes y aprovechó para entrar por la puerta falsa, literalmente. Falsa porque hay que ser voluntariamente amnésicos para rechazar, como ha hecho, las prácticas montesinistas. ¿Sabe ella que Vladimiro Montesinos y su padre fueron cómplices? Tal vez no. Bueno, aquí le dejamos el anuncio.
 Pero, por otro lado, sigue en vitrina el tema del indulto y no deberíamos perdernos entre las múltiples cortinas de humo que tienen el nivel de densidad de la neblina limeña en esta época del año. Que las portadas ocupadas por el escándalo que involucra a Alejandro Toledo no logren desviar también nuestra atención de todas las respuestas que tiene pendientes con nosotros Alan García. Del mismo modo, que las declaraciones de Keiko Fujimori (quien ahora quiere hacer de adalid de los principios y la lucha contra la corrupción) no nos impidan recordar que fue nada menos que primera dama durante el corruptísimo gobierno de su padre.
 En la misma línea, que ninguno de los anteriores casos nos impida recordar que de manera disimulada el fantasma de la “reelección conyugal” sigue merodeando por los rincones y ello resulta ilegal. Por más que el Premier se encargara de señalar que dicha reelección no procede, los afanes de la Primera Dama por no perder oportunidad de mostrase en público por cualquier motivo, no terminan de despejar el panorama.
 La lluvia de denuncias, sin embargo, nos devuelve a una reflexión que hacíamos semanas atrás y en la que ahora nos acompaña el periodista Gustavo Gorriti. ¿No sería bueno que todos esto potenciales candidatos en lugar de mirarse tanto al espejo debatieran un poco más y dieran alternativas sobre los acuciantes problemas del Perú?

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