jueves, 21 de noviembre de 2013

LA PITA SE ROMPE POR EL LADO MAS DÉBIL

¿Quién gobierna el Perú?
 Si algo podemos sacar en claro de la última crisis política, por el descubrimiento de una abultada custodia policial en la casa de un antiguo operador del montesinismo, es que, nuevamente, aparece ante nuestro ojos una de las puntas del iceberg del poder oculto que gobierna el Perú.  ¿Qué había en esa casa de Surco? Quizás nunca lo lleguemos a saber. Pero indudablemente algo o alguien que merecía ser cuidado por 24 policías de manera ininterrumpida y sin que supuestamente lo supieran las autoridades políticas. Esto trasmite la peor de las sensaciones a la opinión pública.
 Por la persona envuelta en el asunto, Oscar López Meneses, sentenciado por el Poder Judicial por las trapacerías realizadas en la época de la dictadura de Fujimori y Montesinos, es imposible no acordarnos que este tipo de manejo –en las sombras­ del poder político tuvo su cenit durante el gobierno de la dupla mencionada. Sin embargo, hechos como este evidencian que este poder en la sombra ha continuado en democracia. Nos queda averiguar cuál es su incidencia real en el manejo del gobierno, en la toma de las decisiones fundamentales que afectan nuestra vida diaria.
 Mientras tanto y como siempre la pita se rompe por el lado más débil. El ya renunciado Ministro del Interior saca a buena parte de la cúpula policial y el Presidente Humala dice que es un asunto de tráfico de influencias y corrupción policial y sacrifica a uno sus principales operadores. ¿Solo policías y alguna torpeza del ex asesor presidencial? No parece creíble. De hecho, este y el anterior presidente del Comando Conjunto, mencionados en un principio han salido, hasta ahora, libres de polvo y paja. Pero el caso es que en el pasado este tipo de poder ha incluido policías, militares y agentes de inteligencia a discreción, con diferente tipo de contacto con el poder económico y los oligopolios mediáticos. Es muy raro que, dada la proporción del operativo, se trate de un incidente aislado de una sola fuerza.
 En todo caso ¿cuál es la relación de este tipo de actividad con el poder de turno? ¿Conocía el Presidente Humala del asunto y si es así parte de qué acciones era todo esto? Por la pobre reacción presidencial no da la impresión de que estuviera muy al tanto, ni que pueda controlar actividad similar en el futuro. Aunque ello, más que preparar algún golpe de Estado, como han sugerido voceros del oficialismo, en lo que si puede terminar es en un grado de control aún mayor de la Presidencia de la República por parte de los poderes fácticos.
 Ha sorprendido, por otra parte, la reacción hipócrita de otros actores políticos como es el caso de Alberto Fujimori y de Alan García. El primero, con una desvergüenza de marca mayor, acusando a otros de montesinistas, cuando él le dio origen a la criatura y cogobernó con Vladimiro Montesinos. El segundo, tratando también de ganarse alguito, calificando a otros de mentirosos cuando su destreza para entenderse y manejar para su beneficio al poder oculto es harto conocida. El ejemplo de BTR basta y sobra como botón de muestra.
 El panorama es sombrío para el gobierno democrático del Perú. En especial para quienes quieren profundizar la democracia reclamando una mejor distribución de los recursos y la defensa de la soberanía nacional. Lo que ha asomado en los últimos días es el poder de la fuerza, no de los votos, que no trepidará, como ya lo hizo en el pasado, en usar casi cualquier medio para evitar siquiera ajustes al actual modelo neoliberal. Formidable reto el que tiene el recién estrenado Premier Villanueva. Nos tendrá que demostrar que tiene agallas e ideas para enfrentarse a los que se burlan cotidianamente de la democracia y empujar de esta manera las investigaciones sobre lo sucedido. Ojalá que esto lo lleve también a escuchar las demandas populares.

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