¿QUIÉN ME AYUDARÁ?
Pero en mi angustia, clamé al Señor; sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos. Salmos 18:6 NTV.
Muchas situaciones nos ponen en angustia, realidades que no podemos manejar, la partida de un ser querido, la falta de empleo, las deuda, el divorcio, entre muchas más.
Las decisiones que tomamos ante un conflicto, son determinantes de nuestro futuro, ya que cada una de ellas siempre acarrea consecuencias. O bien nos ayudarán a superar el conflicto con éxito o quizás nos lleven a cometer un nuevo error, con las consecuencias del caso.
David, al ser perseguido por el Rey Saúl se encontraba en un estado muy crítico, él expresaba sus emociones de esta manera: “Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras del seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte.” Salmos 18:4-5 ¿Te has sentido así alguna vez?
Aunque David se encontraba angustiado en extremo, supo acudir a Dios, porque Él sabía que respondería a su dolor, y así fue, dice los versículos 16-19: “Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.”
Cuanta paz debió tener este varón cuando pudo experimentar que Dios mismo lo había librado del mal. Su confianza tuvo recompensa, él pidió ayuda y el auxilio no se hizo esperar.
¿Sabes a quién acudir cuando te encuentras en dificultades? ¿Conoces a quién te puede ayudar?
A veces buscamos ayuda en los lugares equivocados. Algunos, en su desesperación incluso han procurado ayuda, consultando ocultismo en cualquiera de sus expresiones. Otros piden auxilio a amigos y familiares y recién cuando no queda nadie mas, levantan sus ojos al cielo en busca de ayuda divina.
Tenemos un Dios real, que es escudo a todos los que en él esperan.
“Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? El que me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; Me libraste de varón violento. Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.” Salmos 18: 31,48-49 NTV
Si te encuentras angustiado, como le pasó a David, busca la ayuda del que todo lo puede, del que todo lo cambia. Los demás te pueden fallar, pero la promesa de Dios es que nunca te desamparará, sino que estará contigo hasta el final de los tiempos.
Muchas situaciones nos ponen en angustia, realidades que no podemos manejar, la partida de un ser querido, la falta de empleo, las deuda, el divorcio, entre muchas más.
Las decisiones que tomamos ante un conflicto, son determinantes de nuestro futuro, ya que cada una de ellas siempre acarrea consecuencias. O bien nos ayudarán a superar el conflicto con éxito o quizás nos lleven a cometer un nuevo error, con las consecuencias del caso.
David, al ser perseguido por el Rey Saúl se encontraba en un estado muy crítico, él expresaba sus emociones de esta manera: “Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras del seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte.” Salmos 18:4-5 ¿Te has sentido así alguna vez?
Aunque David se encontraba angustiado en extremo, supo acudir a Dios, porque Él sabía que respondería a su dolor, y así fue, dice los versículos 16-19: “Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.”
Cuanta paz debió tener este varón cuando pudo experimentar que Dios mismo lo había librado del mal. Su confianza tuvo recompensa, él pidió ayuda y el auxilio no se hizo esperar.
¿Sabes a quién acudir cuando te encuentras en dificultades? ¿Conoces a quién te puede ayudar?
A veces buscamos ayuda en los lugares equivocados. Algunos, en su desesperación incluso han procurado ayuda, consultando ocultismo en cualquiera de sus expresiones. Otros piden auxilio a amigos y familiares y recién cuando no queda nadie mas, levantan sus ojos al cielo en busca de ayuda divina.
Tenemos un Dios real, que es escudo a todos los que en él esperan.
“Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? El que me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; Me libraste de varón violento. Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.” Salmos 18: 31,48-49 NTV
Si te encuentras angustiado, como le pasó a David, busca la ayuda del que todo lo puede, del que todo lo cambia. Los demás te pueden fallar, pero la promesa de Dios es que nunca te desamparará, sino que estará contigo hasta el final de los tiempos.
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