El amor de a pie
Por Laura Arroyo
Es 14 de febrero y, como todos los años, mientras un grupo de personas arman planes de celebración con sus parejas, otros tantos optamos por ocultarnos en casa de algún amigo para no enfrentar el endemoniado tráfico, los vendedores de rosas y globos en cada esquina y los fotógrafos al paso que te ofrecen “retratar el amor” en una instantánea. Día del amor lo llaman y hace de excusa para celebrar al amor. Pero toda excusa es buena para celebrarlo pues el amor es algo tan complejo y tan extraño también que vale la pena aplaudirlo cuando ocurre.
Pero, y aquí viene la ciudadana pesimista, confieso también que estos días me ha asaltado una pregunta: ¿qué amor vamos a celebrar?
La pregunta tiene sentido en un contexto en que el amor sigue siendo permitido para unos cuantos y no para todos. Me pregunto cuántas parejas de homosexuales, por ejemplo, hoy serán discriminadas por besarse en las calles, andar de la mano, abrazarse o expresar cualquier otra forma de cariño. Me pregunto a cuántas parejas de lesbianas no las dejarán entrar en determinados locales so pretexto de “reservas de derecho de admisión” que no es otra cosa que un cartel que disfraza discriminación. Me pregunto cuántas parejas se verán expuestas a ese grito insultante en la calle: “¡mariconazos!”. Me pregunto cuántos serán golpeados por atreverse simplemente a amar en público.
¿Qué amor vamos a celebrar entonces? ¿Aquel que justifica la agresión verbal, psicológica y hasta física? No me explico de otro modo el triste papel que ayer, en conferencia de prensa, ejercieron Lourdes Flores Nano y Marisol Pérez Tello, ambas del PPC, quienes escoltaron y defendieron a Pablo Secada luego de que se supiera de las 4 denuncias que en su contra realizaron dos personas. La presunción de inocencia del todavía precandidato a la Alcaldía de Lima debe mantenerse, pero me sorprende que ninguna de ellas, ni el mismo Pablo Secada, tuvo el mínimo gesto de pedir una investigación o de dejar la precandidatura mientras esta se desarrolla. En un país donde el año pasado ocurrieron 119 casos de feminicidio y donde, según la ENDES del año 2012, 7 de cada 10 mujeres declararon haber sido víctimas de violencia psicológica, resulta lamentable que se hayan minimizado estas denuncias.
Me vienen a la mente dos eventos que me parecen acertados, uno como antesala de los besuqueos el día de hoy y otro como cierre. A las 6pm en Plaza San Martín: “Un billón de pie” que busca levantar la voz sobre la violencia contra la mujer, y denunciarla. Busca dar cuenta de una realidad perversa que sufren las peruanas a diario: la violencia. Una violencia que culmina muchas veces en la muerte de mujeres y que luego los medios de comunicación trivializan al llamar “crimen pasional” a lo que debe llamarse feminicidio y punto.
Asimismo, mañana sábado se ha convocado a una actividad llamada “Besos contra la homofobia” a las 3.pm en la Plaza Mayor. Me pregunto si este año no serán víctimas del maltrato policial y de ciudadanos que al verlos ponen el grito en el cielo por aquello que hoy celebran con tanta pompa: amor.
No es mi intención deprimir a los amantes en este 14 de febrero, ni reducir las manifestaciones románticas. A diferencia de algunos amigos, me da algo de ternura atropellarme en las calles con tantas muestras de romanticismo. Por el contrario, creo que justamente este 14 de febrero puede servir de excusa para no sólo celebrar, sino promover el amor con libertad (que es el mejor tipo de amor). Un amor sin miedo ni violencia que haga felices a todos y todas sin excepción. Un amor que constituya el mejor de los motores para transformarnos como sociedad, también. Un amor que sea la razón de nuestras luchas. Un amor de a pie, justo, tolerante y libre
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sábado, 15 de febrero de 2014
EN EL DÍA DEL AMOR
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