sábado, 19 de octubre de 2013

ENTREVISTA A MADURO POR EL VIEJO TOPO

Lea reveladora entrevista de presidente Maduro a revista española “El viejo topo” (parte dos de cuatro)


MADURO TOPO
por Víctor Ríos y Miguel Riera, El Viejo Topo, septiembre 2013.
De Nicolás Maduro, presidente electo de la República Bolivariana de Venezuela, se sabe muy poco en España. Apenas cuatro trazos, aportados principalmente por los medios de comunicación de masas hostiles al proceso revolucionario. El Viejo Topo quiso conocerlo, y el presidente venezolano aceptó ser entrevistado sin poner la menor traba.

EVT: Pero la juventud no solo se interesa en la política… Le preguntamos qué otros intereses tenía Nicolás Maduro en esa época, si hacía algo más que estudiar y militar…
Yo era deportista, practicaba muchos deportes, pero me dediqué con mayor disciplina al béisbol. Llegué a estar en varias selecciones de béisbol nacional, en la delegación de la capital, y también en una selección nacional de béisbol juvenil. Como yo tenía facilidad para el deporte, y además desarrollábamos otras actividades culturales en los barrios, formamos grupos de muchachos, jovencitos, que practicaban fútbol, béisbol, nosotros los animábamos, los organizábamos, los dirigíamos. También hacíamos cineclub, teatro popular. Música popular, salsa, rock, un poco de todo.
Yo toqué en varios grupos de salsa y organizamos el Movimiento de Jóvenes Rockeros de Caracas, allá en los años 80. En Venezuela se dio un movimiento de rock bastante interesante en aquellos años. Yo era miembro del grupo Enigma, por ahí hay unos vídeos que han colgado en You Tube. Tocábamos rock duro… el alma de ese grupo era un guitarrista venezolano al que hace muchos años que no he visto, Carlos Carrillo, que aprendió a tocar la guitarra de oído, solo, en su cuarto, escuchando a Led Zeppelin sobre todo. Él tocaba la guitarra igualito a Jimmy Page, el guitarrista de Led Zeppelin. Era realmente extraordinario, un gran guitarrista. Así que hacíamos todo eso, pero sin dejar la lucha revolucionaria; sacábamos periódicos revolucionarios en los barrios.
Y luego llegó el caracazo…
[Caracazo: el 27 de febrero de 1989 se desataron fuertes protestas y disturbios contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez. El gobierno ordenó una dura represión, que protagonizaron las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y la Policía Metropolitana. Fuentes extraoficiales cifran los muertos en 3.500]
Cuando el caracazo yo militaba ya en la Liga Socialista. Estábamos coordinados con los movimientos populares de Caracas y de varias partes del país. El caracazo sorprendió a todo el mundo. Venezuela venía acumulando en los años 80 pequeñas explosiones sociales, en Mérida, en Oriente… ya desde el 84 se habían ido produciendo alzamientos populares estudiantiles en varios lugares del país. Y cuando Carlos Andrés Pérez gana las elecciones en el 88, y apenas gana anuncia que va a establecer un acuerdo con el FMI para aplicar un paquete económico neoliberal, es decir, privatizar la educación, la salud, las empresas fundamentales del país, que va a desregularizar las condiciones de trabajo, y a endeudar el país, se comenzó a respirar un clima raro, y el 27 de febrero realmente sorprendió a todo el mundo. No fue solo un caracazo, fue un venezonalazo en todo el país. Una aproximación a una insurrección general. El sábado 5 de marzo todavía había combates por todas partes del país. La represión fue a sangre y fuego. Quizás en Caracas, en lo que es la Gran Caracas, es donde más se sintió. El pueblo salió a la calle a saquear, y fue como un grito de basta ya a la amenaza del paquete neoliberal, a una década y media de acumulación de miseria. La pobreza alcanzaba al 80% de la población. La miseria total rondaba el 40%. Era una situación que el país ya no podía aguantar. El caracazo creó una situación de ruptura social del pueblo venezolano con la clase dominante, que tuvo su máxima expresión después en la ruptura política que significó la insurrección militar bolivariana del 4 de febrero del comandante Chávez. El 4 de febrero el pueblo dijo sí se puede y fue el momento en que empezó a nacer una visión de construcción y conquista del poder político en la inmensa mayoría de los venezolanos. En Venezuela estaba podrido todo el sistema político. La izquierda estaba domesticada; los dirigentes reconocidos de la izquierda, salvo excepciones, estaban domesticados por el sistema, comprados. O cansados de luchar. Y Chávez le imprimió un liderazgo absolutamente renovador a la política venezolana y constituyó desde el primer día un liderazgo revolucionario. Revolucionario, nacionalista, independentista, bolivariano. Constituyó otra forma de hacer política que expresó la psicología colectiva de un país que buscaba una transformación profunda, un país que ya no creía en nadie, ni siquiera en sí mismo. Un país que comenzó a creer desde la esperanza de Chávez.
Pero, ¿cómo llegó Nicolás Maduro a conectar con Hugo Chávez? ¿Cuándo?
En el año 90 ingreso en el Metro de Caracas y entro a formar parte del Metrobús, el sistema de autobuses que forma parte del Metro de Caracas. Yo entré ahí para trabajar siguiendo la estrategia que teníamos en la Liga Socialista para construir fuerza sindical de clase, revolucionaria, en las empresas fundamentales del Estado venezolano: las empresas básicas de Guayana, la empresa eléctrica nacional, el Metro de Caracas, la empresa petrolera. Se elaboró un plan para desarrollar en ellas fuerzas revolucionarias sindicales, e ir sumando con las fuerzas populares de los barrios, las fuerzas campesinas. La idea estratégica que compartíamos era que todo eso confluyera en una insurrección general contra el sistema.
En el año 91, en agosto, estaba conduciendo mi autobús por la zona de Bellas Artes, en la ruta 4-21, una ruta que utiliza sobre todo la clase media caraqueña. Era mediodía y me faltaba dar una última vuelta cuando veo a un tipo ahí, en la puerta del autobús. Era un amigo mío que hacía tiempo que no veía. Ezequiel. Yo lo había conocido en mis años de liceísta, en los años 70. Hacía mucho que no lo veía. “¿Qué haces aquí?”, le dije. “Necesito hablar contigo muy urgente”, respondió. Algo importante debía ser para que me buscara y me encontrara en el autobús. Y efectivamente, di la vuelta que faltaba y después nos fuimos a almorzar a una arepera que quedaba cerca de la parada, por Bellas Artes. Recuerdo que tomamos una sopa de gallina y unas arepas.
“Y en que estás metido ahora? ¿Por qué me quisiste encontrar?”, le pregunté. “Bueno Nicolás, he contactado con un grupo de militares que se van a alzar en armas contra Carlos Andrés”. Así, a las primeras de cambio. Yo me le quedé mirando… “¿Tú estás seguro”, le dije. Habíamos perdido mucha gente en trampas… “Va a ser una trampa, te quieren joder”, pero él dijo que no, y empezó a contar. No sé si en España es así, pero acá en Venezuela todo el mundo lo sabe todo, y él sabía que había dos líderes, uno que parecía un cura, que controlaba Occidente, que resultó ser Arias Cárdenas, y el otro, así me lo dijo, con esas palabras, era un tropero, que mandaba tropa, y que era un seguidor de Bolívar, de Ezequiel Zamora, y que cantaba canciones de Alí Primera. Y yo le dije que eso me parecía una trampa. Y él me dijo que nos pedían que movilizáramos a nuestras pequeñas fuerzas sindicales. “¿Y cuándo va a lanzarse eso?” le pregunté. “En dos o tres meses”, me contestó. Eso era agosto del 91. “¿Y que podemos hacer nosotros?”, le dije, y el me dio varias ideas, a cual más loca, lugares donde atacar. Y eso me confirmó que podía ser una trampa. Así que le dije “Bueno camarada, esto me huele a trampa, mira que nos van a matar… han matado a tanta gente”. “Ezequiel”, le dije, “si esa gente existe y se alza en armas, el pueblo venezolano les va a acompañar cien años, porque la gente está asqueada, y si aquí hay un sector patriota de verdad en las Fuerzas Amadas, y se alza en armas ten la seguridad de que el pueblo les acompaña”. Nos despedimos, y pasaron los días y no lo volví a ver. Él me fue a buscar, pero no me encontró, no coincidió conmigo en ningún trayecto. Y en diciembre hubo rumores de que habría un alzamiento militar para el 16 o el 17 de diciembre. Después nos enteramos de que sí hubo realmente proyectos para alzarse el 17 de diciembre. Luego llegó el rumor de que ese intento se disipó, así que encontré de nuevo a Ezequiel y le pregunté qué estaba pasando. “Esto sigue, esto está montado”, me dijo Ezquiel, “claro que va, lo que no sé es cuándo, porque no he tenido más contacto”, me dice. Y no lo volví a ver hasta que el 4 de febrero, yo estaba trabajando por la noche en mi línea 4-21, al llegar a casa ya muy tarde, a eso de las doce y media, de repente sonó el teléfono. Era una hermana mía, que me explicó que había un alzamiento militar contra el gobierno. Y yo pensé: “a ver quiénes son, ahora empieza la persecución”, porque en América Latina lo tradicional es que los golpes militares sean de derecha, y como aquí la crisis que había creado el neoliberalismo era tan grande, cualquier cosa podía pasar. Entonces, por la mañana avisaron que iba a hablar el jefe del golpe, y de repente en la televisión aparece la imagen de un hombre moreno, flaco, la cara de cuchillo, la boina roja, y habló y dijo lo que dijo…
[Lo que dijo empezaba así: Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital…]
Pegué un brinco casi hasta el techo. Y grité: “¡La cosa era verdad!” Dios mío… me quedé con una cosa en el cuerpo… excitado, como quien se vuelve loco. Inmediatamente salí a la calle. Claro, había que resguardarse, porque cada vez que pasaba algo en el país siempre salían a buscar a un grupo de sindica listas cuya lista tenía la policía política. Y ese día dormí en una concha…
[Una concha, una casa segura]
Chávez, el 4 de febrero del 92 abrió un proceso histórico, partió la Historia en dos y despertó una fuerza revolucionaria que ha logrado cambiar no solo el modelo económico, político, social de Venezuela
Empecé a buscar a Ezequiel, lo encontré, y buscamos el contacto con los militares, que ya estaban presos. Y a partir de ese día yo, militante de la Liga Socialista, me conecté con ese movimiento militar bolivariano, con Chávez, y desde la calle trabajé en solidaridad con ellos. Luego nos preparamos para el otro alzamiento, y ahí sí participamos directamente en la calle, el 27 de noviembre, ahí sí movilizamos gente en muchas parroquias [barrios] en Caracas, pero al final nos derrotaron militarmente.
[El 27 de noviembre de 1992 se produjo un nuevo intento de golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, apenas nueve meses después del de 4 de febrero del mismo año. Participaron civiles y militares, y los partidos políticos Bandera Roja y Tercer Camino].
Chávez, el 4 de febrero del 92 abrió un proceso histórico, partió la Historia en dos y despertó una fuerza revolucionaria que ha logrado cambiar no solo el modelo económico, político, social de Venezuela, que ha evolucionado aceleradamente hacia un planteamiento de socialismo nuestroamericano, sino que ha sacudido la historia de América Latina y el Caribe como ningún otro proceso antes en 200 años.
¿Estamos entonces ante una segunda independencia de América Latina?, preguntamos.
El comandante Chávez había reflexionado sobre esto y decía que la independencia es una sola. Que la independencia es continua, que no hay primera o segunda, sino que es un solo proceso. Pudiera ser el segundo gran momento de la independencia, de una nueva independencia de América Latina y el Caribe que, efectivamente, desde el punto de vista histórico, si uno fuera estricto, habría que decir que comenzó con la Revolución cubana. Con un proceso expansivo en cuanto a las ideas, al ejemplo, a la fuerza real para transformar la sociedad y a la toma del poder político por proyectos transformadores en esta etapa chavista.
En esta segunda etapa Chávez tiene un peso fundamental, porque logró en un corto tiempo –desde el 4 de febrero de 1992 hasta el 5 de marzo del 2013 han pasado 21 años, un mes y un día– constituir un movimiento revolucionario, transformar la sociedad venezolana, modificar la correlación de fuerzas con el imperialismo en nuestro continente; fundar varias organizaciones dentro del concepto bolivariano de los anillos de fuerza…
Los anillos de fuerza… convendría explicar eso para nuestros lectores españoles, sugerimos.
001_MA_8794_PEl libertador Simón Bolívar consideró varios anillos de fuerza desde el punto de vista geopolítico. El primer anillo de fuerza, que llamó Colombia, lo creaba la fundación de una poderosa nación de Repúblicas en donde hoy están Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela. Porque Panamá era parte de Colombia, que llegaba hasta Centroamérica. Un segundo anillo de fuerzas que el libertador visualizó era la alianza de esa Colombia con la confederación del Perú y la recién creada Bolivia, que prácticamente ocupaba una parte fundamental de Suramérica y parte de Centroamérica. Tenía el Amazonas, el Pacífico, los Andes, el Caribe, fachada atlántica… Ese era el segundo anillo, la alianza de Colombia, Perú y Bolivia. Y un tercer anillo de fuerza él lo pensó y lo activó pero al final fracasó, fruto del saboteo gringo. En el congreso anfictiónico de Panamá él pensaba crear una gran confederación de Repúblicas independientes, antes colonias españolas, confederadas en una sola. Iba a ir desde México hasta la Patagonia. Un bloque de poder. Era el tercer anillo de fuerza. El comandante Chávez, rescatando la doctrina y el pensamiento estratégico del Libertador avanzó en algo parecido. Primer anillo de fuerzas: el ALBA y Petrocaribe. El ALBA, que es la alianza política, económica, social, integral de un bloque que avanza en el socialismo. Un segundo anillo de fuerza que son MERCOSUR y UNASUR. Un Tercer anillo de fuerza que es la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Todo esto estaba ya en el pensamiento bolivariano. Quizás la diferencia entre el ALBA y el proyecto de Colombia es la presencia de países y repúblicas de las tres fachadas del continente, del Caribe, de Centroamérica y de Suramérica y que no tenemos fronteras comunes. Pero poseemos la gran fuerza de la identidad política e ideológica rumbo al socialismo en el ALBA, y Petrocaribe es una poderosa alianza energética, económica, que ha servido como primer anillo de fuerza para la constitución del nuevo Caribe en la nueva América Latina que hoy existe.
El segundo anillo lo constituyen MERCOSUR y UNASUR. Es decir, Suramérica, cada vez más definida geopolíticamente y geoeconómicamente.
El tercer anillo de fuerza, ya lo he dicho, es la CELAC.

Chávez logró en 21 años liberar Venezuela y constituir un conjunto de anillos de fuerza liberadores del continente. Y sin lugar a dudas, logró generar una nueva referencia alternativa al capitalismo, al neoliberalismo, y rescatar la bandera del socialismo para la humanidad. La figura de Chávez es trascendental para entender el proceso histórico de América Latina, inclusive para entender el pensamiento de Bolívar.

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