La pregunta pareciera más apropiada para examinar cuestiones de fe o de relatos sobrenaturales sobre la licantropía. Pero, para sorpresa de medio mundo, fue el centro de una inesperada polémica dentro de los altos niveles de las fuerzas de seguridad, contraponiendo al jefe del Comando Conjunto con varios de los jefes operativos que llevaron a cabo la operación en la que resultaron muertos los dirigentes senderistas ‘Alipio’ y ‘Gabriel’.
Inmediatamente después de la operación, el primero en mencionar la existencia de una “brigada especial” fue el presidente Humala: “Hubo un enfrentamiento entre delincuentes terroristas y fuerzas del orden que las hemos organizado en una brigada especial de inteligencia, formada por personal de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas”.
Entonces, varios periodistas recordaron la entrevista que el jefe de la Dircote, coronel PNP Vicente Álvarez, conocido entre su gente como “Bigote” (aunque ya no lo tiene), dio a la periodista de La República, Doris Aguirre, el 5 de julio pasado.
Bajo el título: “La Brigada Especial Lobo nació para terminar con los senderistas”, el coronel PNP Álvarez dijo a Aguirre que su unidad, la Dircote, “Efectivamente, […] forma parte de esta fuerza especial antiterrorista”.
En esa fecha, el coronel Álvarez añadió que “La Brigada Especial “Lobo” nació para terminar con los cabecilla terroristas del Vraem, los hermanos Quispe Palomino. Es su objetivo máximo. Y a ese objetivo nos acercamos con paso seguro”.
Por eso, inmediatamente después de la operación de Pampas el domingo pasado, y luego que el presidente Humala hablara de la ‘Brigada Especial”, varios periodistas, sobre todo de “El Comercio” y “La República” efectuaron la inferencia inevitable y adjudicaron a la “Brigada Lobo” la autoría del exitoso operativo.
El martes 13, sin embargo, el jefe del Comando Conjunto, vicealmirante AP José Cueto Aservi, negó en forma tajante la existencia de una “Brigada Lobo”.
“Eso es falso, es una especulación, porque remontándonos al pasado, nunca es bueno que existan estos famosos grupos o brigadas especiales”, dijo Cueto en una entrevista a RPP, confundiendo quizá sin querer lo que es de lo que se desea que sea.
Cueto afirmó además que: “No lo he escuchado al presidente y no creo que haya dicho eso porque no existe esa brigada, lo que hay es un trabajo conjunto y combinado con la Policía tanto en el ámbito de la inteligencia y en el planeamiento”.
Poco después, el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, se pronunció más o menos en el mismo sentido.
Así, en lugar de celebrar la victoria o, mejor aún, analizarla, el Gobierno se encontró en una minicrisis provocada por la controversia entre el jefe del Comando Conjunto y los jefes del grupo operativo antisenderista en el VRAE, cuyas acciones culminaron en el operativo de Pampas el domingo pasado.
El miércoles había caras largas entre la gente vinculada con este operativo. Es que chocar con el jefe del Comando Conjunto no es una buena idea para integrantes de organizaciones verticales. Y muchos pensaron que tras la victoria de Pampas habrá una derrota a la hora de los ascensos. Aquel viejo dicho de que no hay buena acción que quede sin castigo, que ha probado una y otra vez ser verdadera en las fuerzas de seguridad peruanas, convirtió el entusiasmo del triunfo en ansiedad.
Así las cosas, ¿hay o no hay una Brigada Lobo?
Depende.
Formalmente no existe ningún grupo que se llame así. No figura en ningún organigrama.
Además, ¿qué se entiende por ‘Brigada’?
Para los militares, una brigada es una gran unidad formada por dos o más regimientos, bajo el mando de, ya lo adivinaron, un general de brigada. Las brigadas agrupan unos miles de soldados, (entre tres mil y seis mil por lo general).
En la policía peruana, especialmente en la que proviene de la que fue Policía de Investigaciones, una Brigada es una unidad pequeña “que hace investigaciones y operaciones especiales”.
Según refirió un veterano policía retirado a IDL-R, una Brigada, (como la Brigada Criminal de sus tiempos) podía tener una decena de policías y a veces hasta menos. Brigadas antisecuestro, contra cierto tipo de asaltos: se trataba de un grupo de personas organizadas con una finalidad investigativa y operativa.
En el grupo especial que llevó a cabo las acciones contra Sendero en el VRAE, la presencia de la Policía especializada se hizo crecientemente central. Especialmente después de la decisión que tomó el presidente Humala de encargar las labores de inteligencia en el VRAE a un coronel de la Dircote.
Paralelamente, la importancia del grupo de investigaciones especiales (Divinesp) de la Dirandro en el VRAE se fue haciendo cada vez más evidente. Este grupo es el que ya había logrado emboscar a ‘Gabriel’ en Huancarama el 29 de abril de 2010, de donde este logró escapar por un pelo, en una balacera en la que murieron dos senderistas y un miembro de la PNP. El mismo grupo ejecutó luego el complejo y audaz operativo que llevó a la captura del SL-VRAE Félix Huachaca Tincopa, ‘Roberto’, en el Huallaga, el 23 de diciembre de 2010.
Esta unidad, igual que la del Huallaga, colega y rival a la vez, tenía y tiene el apoyo directo de las autoridades antidrogas de Estados Unidos, especialmente de la DEA. Ello les hizo posible el acceso a las conversaciones telefónicas celulares interceptadas por el sistema de ‘Constelación’.
La captura de ‘Artemio’ en el Huallaga decidió a las autoridades a aplicar el mismo sistema en el VRAE, pero mejorado. Si en el Huallaga la Divinesp había competido contra todas las otras agencias, incluyendo sus colegas de la Dircote, en el VRAE se decidió juntarlos y sumar sus fuerzas y habilidades policiales.
Ello se logró pronto, entre otras razones porque el jefe de la Dircote y el encargado de la Divinesp en el VRAE habían trabajado juntos antes. Y ayudó mucho también la decisión de Humala de encargar al viceministro del Interior, Iván Vega, la coordinación de los grupos operativos en el VRAE, para facilitar su labor.
Vega se abocó con entusiasmo a su tarea. Su contacto directo con el presidente hizo que muchos gravitaran hacia él. Fue de gran ayuda también que Vega resultara siendo compañero de colegio del jefe de los comandos de la FEC (Fuerza Especial Conjunta del CIOEC, del Comando Conjunto), el coronel EP con el seudónimo de ‘Pachi’, quien se sumó con entusiasmo al grupo. A su turno, los jefes del Comando Especial VRAE, el general EP César Díaz Peche y su segundo, el general EP Ricardo Seijas, no solo pusieron sus acrecentados recursos a disposición sino que colaboraron sin dudar con las iniciativas operativas de este grupo.
Así, ya el 2012 se había configurado un grupo nuevo con una estructura y dinámica que hace algunos años hubiera sido difícil de concebir: el centro de la inteligencia operativa estaba a cargo de la policía especializada, en la que la Dirandro y la Dircote trabajaban juntas. Un coronel del Ejército, a cargo de una fuerza de comandos de todas las armas, dirigía los operativos; y un civil participaba en todo el planeamiento y removía obstáculos burocráticos e informaba periódicamente al presidente de la República.
¿Qué hacía Cueto en ese esquema? Trataba de hacer lo suyo, a través de las líneas de comando del CCFFAA, incluyendo al CIOEC y sus Fuerzas Especiales. Cueto es un marino manifiestamente ortodoxo y tradicional. El grupo operativo es todo lo opuesto: heterodoxo, abocado a su misión, dispuesto a romper barreras interinstitucionales, de grados, jerarquías y hasta profesiones.
Esto sucede en casi todas las guerras, donde los problemas hacen surgir a estos grupos con soluciones heterodoxas, que suenan profundamente heréticas a quienes en tiempos de paz guardan las tradiciones, protocolos y disciplinas. El conflicto es casi siempre inevitable.
Eso sucedió desde 2012. La relación entre Cueto y Vega fue un estudio en desavenencias, bastante acres por momentos. Eventualmente, el almirante y el viceministro alcanzaron un cierto modus vivendi que permitió llevar adelante las operaciones.
¿Y cómo aulló el lobo? Según testigos presenciales, desde marzo de 2012, los miembros del grupo especial, acostumbrados a reunirse en diversos lugares, a discutir con gran libertad entre ellos, empezaron a sentir un cierto espíritu en común y a verse a sí mismos, como no es extraño en esos casos, bajo una cierta luz entre romántica y licantrópica.
La naturaleza nocturna de sus operaciones despertó metáforas en la imaginación de algunos de ellos, que ciertas personas, especialmente las que gustan de los boleros, podrían considerar poéticas:
“Nosotros trabajamos con la luna llena…” dice uno de sus integrantes. “Todas las operaciones se inician en la noche. Golpeamos en la noche con la luna llena. Es por eso que se llama así”, es decir, Lobo.
El lobo es un animal poderoso en el imaginario popular. Ha provocado desde historias y leyendas llenas de imaginación hasta incontables huachaferías. Las unidades guerreras tienen además la tendencia a identificarse con animales de rapiña. El lobo es uno de los más populares.
De manera que, sin existir oficialmente, los miembros de esta fusión de grupos terminaron identificando su unidad y su misión bajo ese nombre: Brigada lobo. Unos le dieron más importancia que otros.
Cueto, que hizo lo posible por contrarrestar lo que, todo indica, sintió como una amenaza a su autoridad y a la línea establecida de mando, nunca reconoció y quizá tampoco conoció o quiso conocer la denominación informal del equipo especial. Por eso, en el fondo, no sorprende su reacción.
¿Cuán importante es esta discusión por un nombre y por el ocasional aullido bajo la luna llena? En realidad, muy poco. Cueto puede tener algo de razón en el temor de que un grupo que opera fuera de las estructuras organizativas establecidas, se salga de control. Pero ese no es el caso aquí. La brigada trabaja con fiscales y judicializa sus casos, de manera que el imperio de la ley está mejor protegido que en otras circunstancias. Además, el propio presidente de la República está informado al detalle de las acciones y planes del grupo.
En resumen: la Brigada Lobo existe informalmente como un vínculo de identificación grupal y un estilo de trabajo entre sus integrantes. Ese estilo no le gusta al Comando Conjunto, pero el Gobierno ha logrado manejar bien hasta ahora esa, digamos, tensión dialéctica.
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