miércoles, 28 de agosto de 2013

RONDAS DE CONVERSACIONES CON POLÍTICOS

Relanzar Conga, Tía María y recuperar autoridad

Aterricemos el diálogo gobierno-oposición

El gobierno ha comenzado las rondas de conversaciones con los partidos de oposición en momentos que se desacelera la economía, cae la popularidad del Presidente, del Congreso, y de las demás instituciones, y se anuncian protestas sociales en las regiones por la reducción del canon. Los peruanos de buena voluntad saludamos el diálogo que se inicia, pero  la actual crisis del sistema político peruano está hecha de “acuerdos nacionales” y “conversaciones estériles”. Es hora de convertir este momento de convergencia del país en terreno fértil para formular ideas fuerza que movilicen a todos los ciudadanos.

Las propuestas van y vienen. Desde instaurar la bicameralidad en el Parlamento hasta establecer el financiamiento público de los partidos.  Dichas iniciativas nos parecen atinadas, sin embargo la urgencia del país requiere que el diálogo aterrice, que se establezca una agenda urgente y otra de mediano y largo plazo. El menor crecimiento del país por la crisis internacional y la demora de los nuevos proyectos es una urgencia capital y nos obliga a pisar el acelerador de la inversión privada. Necesitamos inversiones emblemáticas que comuniquen a todos los peruanos y a la comunidad internacional que el modelo económico y social que ha reducido la pobreza y la desigualdad de manera impresionante prosigue a todo vapor. Por ejemplo, nos parece que el relanzamiento de los proyectos mineros de Conga y Tía María cumplirían largamente ese papel y notificarían que ningún radicalismo minoritario puede bloquear los intereses nacionales.
Los recientes conflictos de los cafetaleros y de los mineros ilegales nos demuestran que el principio de autoridad y el respeto a la Constitución y las leyes no se aplican por parte de nuestras autoridades. El diálogo del gobierno y la oposición debería establecer como uno de sus objetivos centralesrestaurar el principio de autoridad en el país, una condición clave para promover las inversiones e, incluso, avanzar en resolver el tema de seguridad ciudadana que afecta a todos los peruanos.
Por las urgencias planteadas sería gravísimo debilitar el proceso de conversaciones con exclusiones sin sentido. No convocar al fujimorismo y al aprismo al diálogo, heriría de muerte el proceso, porque se dejaría en claro que presenciamos un nuevo saludo a la bandera.
Una convocatoria sin exclusiones nos permitiría conectar la política, la conducta del gobierno y la oposición, con el potencial de desarrollo de nuestro modelo económico y social.  (Ver artículo Hablemos del futuro que podemos construir). Y, de otro lado, nos posibilitaría establecer los problemas que el Perú debe resolver en el mediano y largo plazo.
En Lampadia hemos sostenido reiteradamente que existe una Agenda Pendiente en Educación, Infraestructuras, Instituciones y Clima de Inversión que si son resueltas a favor del crecimiento y el desarrollo, el 80% de los peruanos en el 2030, tal como lo sostiene el HSBC, pertenecerá a las clases medias y altas. Es decir, el Perú estaría en el privilegiado club de los países desarrollados.
Sería un crimen, pues, que los peruanos desperdiciemos nuestras excelentes oportunidades de desarrollo y que desaprovechemos  la oportunidad que nos presenta el actual diálogo para enfocarnos en los grandes objetivos nacionales.

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