SEGURIDAD CIUDADANA
PREVENCION, CONTROL, EJECUCION
Por Sofía Flores
Poner más policías en las calles, cámaras de seguridad, alarmas, son algunas de las alternativas requeridas por la población, las cuales no sirven para que la inseguridad ciudadana ni la criminalidad disminuyan, mucho peor cuando vemos al ciudadana responsable estar al mismo nivel con el criminal, con derechos, beneficios y privilegios que según nuestros defensores de DDHH deben ser igual para todos no importa la justicia simplemente defienden enunciados al pie de la letra.
Considerando este panorama es lógico percibir el aumento delincuencial , así como son vanos los intentos de realizar buenas estrategias policiales , someterlos a nuestro sistema jurídico, o encerrarlos en centros penitenciarios y después salir no rehabilitados sino con mayor experiencia para seguir con sus fechorías.
Es decir toda una infraestructura en nuestro país para cada día incrementar los atentados contra la seguridad ciudadana, incluyendo en ella un moralismo cínico porque detrás de los escenarios pedimos mano dura, mayor presión policial, pero cuando estamos al frente aprovechamos cualquier detalle para criticar y hasta denunciar a nuestros defensores.
Seguridad ciudadana tarea de todos, pero teniendo a un presidente con energía y liderazgo para exigir un mejor trabajo en este sector, de nada sirven buena s intensiones o disfrazarnos de un moralismo fuera de la realidad.
Para lograr controlar este flagelo necesitamos un plan de acción que conlleve a todos los peruanos a ser conscientes de este problema pero con una visión más realista y justa.
Aquí están implicados policía nacional, poder judicial, sistema penitenciario y sociedad , al amparo de un gobierno decidido a combatir este mal pero creando un ambiente de seguridad en sus autoridades, una policía nacional donde sus canales sean menos burocráticos e incentiven el buen desempeño policial, con sistemas más modernos a disposición de ellos.
Un sistema jurídico más justo con el ciudadano responsable, no es posible tener autoridades con criterios tan estrechos o mentes farisaicas incapaces de proporcionar bases seguras para defendernos de la criminalidad , dándoles el mismo tratamiento, algo incongruente porque formamos a nuestros niños que toda mala acción trae consecuencias y sanciones , pero después ven la cruda realidad de un sistema que otorga los mismos privilegios al vivir al margen de la ley.
Asimismo tal es el grado de corrupción en sus niveles que la libertad no la da el peso de la justicia sino el dinero, las influencias o el poder político, aquí también vemos la falta de criterio en las sentencias las cuales evitan rescatar a quienes podrían ser rehabilitados con trabajos hacia la comunidad.
Un sistema penitenciario que no solo contemple infraestructura sino programas de rehabilitación con buenos resultados, los programas no se miden por la cantidad o hacia quienes llegan, sino los objetivos y las metas alcanzadas, de lo contrario solo son entes de reclusión, hacinamiento, o en el peor de los casos como viene sucediendo, son productores de mayor criminalidad.
Ante todo ello es el estado, nuestro presidente y nuestro congreso hacer realidad el buen funcionamiento de estos sistemas, vigilando que los recursos pertinentes sean aprovechados en los puntos más estratégicos y no solo vayan rellenar los bolsillos burocráticos.
La seguridad ciudadana contempla muchos factores a largo plazo, como por ejemplo una estricta planificación familiar y la defensa por la niñez así como la estabilidad familiar, estos detalles corresponderían a un trabajo imparcial del MINDES.
Es el estado quien deber ser el gestor principal , la lucha contra la delincuencia no conlleva a simplemente promocionar una que otra captura, la seguridad ciudadana no está en función de cuantos van a la cárcel , la seguridad ciudadana debe tener bases de prevención, control y ejecución de medidas realistas para proteger al ciudadano honesto.
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