La Haya: lee un adelanto de las memorias de García Belaunde
El ex canciller contó la increíble respuesta de Chile, cuando le planteó que EE.UU. mediará en el diferendo marítimo
El ex canciller José Antonio García Belaunde reveló detalles sobre cómo comenzó a gestarse la demanda que presentó el Perú ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en que se le pidió fijar los límites marítimo con Chile.
García Belaunde cuenta en uno de los capítulos de sus memorias titulado “El largo camino hacia La Haya” los entretelones de la controversia, que concluyó ayer con el fallo de la CIJ.
El también coagente del Perú ante La Haya detalla la increíble respuesta que recibió del ex ministro de Relaciones Exteriores del primer gobierno de Michelle Bachelet, Alejandro Foxley, cuando le propuso que Estados Unidos, garante del tratado de 1929, interviniera para definir si el Punto de la Concordia era o no la partida de los límites marítimos.
"Desde un primer momento Foxley me dijo, y de ello nunca se apartó, que Chile no estaba dispuesto a negociar la delimitación marítima con el Perú pues ese tema había quedado zanjado por los tratados y prácticas internacionales. Más aún, cada vez que yo levantaba este tema él me lanzaba el reto altanero de que el Perú demandase a Chile en La Haya. En cada una de esas ocasiones le dije que nosotros no queríamos plantear la demanda sino negociar, porque obviamente ir a la Corte iba a tener costos para las relaciones entre ambos países. Yo era muy franco al hablarle así porque quería cumplir con lo que le había ofrecido cuando nos conocimos, que sería veraz y que los mensajes se los comunicaría a él antes de hacerlos públicos, pues no creía en una diplomacia a través de los medios de comunicación ni en una carente de sinceridad".
"En el contexto de esas conversaciones le reiteré la necesidad de respetar escrupulosamente el Tratado de 1929 y evitar ese ejercicio irresponsable de pretender que el Punto de la Concordia no fuese el de inicio de la frontera terrestre —como lo señalan el Tratado y los trabajos de la comisión delimitadora de 1930— sino el Hito 1, que fue explícitamente colocado lejos de la orilla para preservarlo de la erosión del mar. Cuando le dije que si ellos tenían alguna confusión sobre este tema podíamos ir en consulta al presidente los Estados Unidos, como establece el Tratado del 29, su respuesta fue casi una tomadura de pelo: “Cómo te imaginas tú que vamos a someter un tema así a un hombre tan tonto como George Bush”. Me sorprendió que pensara, siquiera por un instante, que yo podía aceptar ese argumento, como si ambos no supiéramos que frente a un caso de arbitraje o de consulta, un gobernante nombra dos o tres peritos de primer nivel y hace suyo el dictamen de ellos".
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