miércoles, 22 de enero de 2014

PETROPERÚ Y LOS LOTES PETROLEROS

Producción petrolera

Por: Jaime Pinto T.
En diciembre del 2013, Colombia alcanzó un récord de producción de petróleo superando el millón de barriles diarios. Esto ha sido posible gracias a que hace 11 años Álvaro Uribe eliminó la obligación de asociarse con el Estado e hizo profundos cambios institucionales. ¿Cómo le va al Perú? En estos días el directorio de Perú-Petro tomará una decisión fundamental sobre los lotes de la cuenca de Talara, cuyos contratos están por vencer (2013-2016). Parecería que la decisión se orienta a renovar los contratos existentes hasta el máximo permitido por ley (30 años), excluyendo los lotes de Interoil.
Pero ¿será esta la decisión correcta? En nuestra opinión, no. Un gobierno carente de una política energética coherente estará inclinado a mostrar logros en el corto plazo, dado el preocupante nivel de producción de hidrocarburos que hoy tiene el Perú (63.000 barriles por día). Así tenemos que Perú-Petro acordará con los actuales contratistas un programa de inversiones ‘light’ que probablemente permita elevar el nivel de producción de estos lotes (actualmente 21.000 barriles por día, incluyendo el lote 1AB ubicado en la selva, que aporta el 70% de este total) y reducirá el nivel de regalía que pagan (en promedio 41%).
Sin embargo, Perú-Petro es hoy en día una institución debilitada, con poca experiencia reciente en la negociación de contratos petroleros y, además, estará apremiada por llegar a acuerdos que permitan al gobierno mostrar resultados frente a la opinión pública. Algo parecido acabamos de ver con el descubrimiento de petróleo en el lote 95, donde, asombrosamente, se hacen anuncios espectaculares de producción de 40.000 barriles por día, cuando solo se ha descubierto petróleo en un solo pozo y faltan años antes de poder extraer crudo comercialmente.
Frente al escenario de renovación, Perú-Petro puede optar por terminar los contratos, recuperar los lotes y convocar un concurso internacional para atraer a nuevos contratistas. ¿Hubiera sido esto posible? Nosotros consideramos que sí, pero se requería liderazgo y mejorar la capacidad negociadora del Estado. Además, el Gobierno tendría que olvidarse de su sueño de obligar a los nuevos contratistas a asociarse con Petro-Perú. No será fácil, pero el Perú requiere con urgencia atraer operadores de talla mundial que puedan desarrollar un agresivo programa de inversiones, no solo en la cuenca de Talara sino en el resto del país también.
Dada la antigüedad de los pozos, la información geológica y tasa de declinación de los lotes (7%) de la cuenca de Talara es conocida. Entonces, lo que se necesita es que el gobierno negocie con uno o más contratistas un programa agresivo de inversiones y fiscalice que estos se cumplan en su integridad.
Con las nuevas tecnologías, es posible elevar los niveles de producción y quizá hasta descubrir nuevas reservas en esta importante zona petrolera. Hace unos años, Perú-Petro encargó al Banco Mundial la realización de un estudio sobre la mejor manera de continuar produciendo hidrocarburos en estos lotes. La conclusión: acumulen los lotes de tal forma que se hagan más atractivos a los contratistas y convoquen a una licitación internacional. Aunque esta alternativa hubiera retrasado en algo el proceso de inversión en los lotes, nos parece que era adecuada.
Puede ser que la decisión de renovar los contratos otorgue réditos políticos en el corto plazo, pero sin duda no será la mejor decisión en el mediano y largo plazo.

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