¿Un mundo al revés?
Por: Gustavo Yamada
Es un mundo al revés… casi por primera vez. Para varias generaciones de peruanos, acostumbrados a vivir en un país en permanente crisis (y mirar con admiración y sana envidia al mundo desarrollado), resulta un poco extraño experimentar la situación reversa, al menos desde el punto de vista económico y laboral, quizás por primera vez en sus vidas.
Es un mundo al revés… casi por primera vez. Para varias generaciones de peruanos, acostumbrados a vivir en un país en permanente crisis (y mirar con admiración y sana envidia al mundo desarrollado), resulta un poco extraño experimentar la situación reversa, al menos desde el punto de vista económico y laboral, quizás por primera vez en sus vidas.
Casi todas las semanas se divulgan resultados laborales negativos, que lindan con lo catastrófico, en prácticamente todo el mundo desarrollado. España tiene una tasa total de desempleo de 27% y de 56% para sus jóvenes, cifras comparables con aquellas de la Gran Depresión y la Guerra Civil Española. Todas las demás naciones europeas, con la excepción de Alemania, tienen también tasas de desempleo récord.
Estados Unidos ha realizado la política monetaria más expansiva que se recuerde para evitar una tasa de desempleo de dos dígitos. Aun así, le está costando más de un lustro de medidas no convencionales regresar el desempleo a sus niveles normales. Japón ha pasado dos décadas de gran estancamiento y recién empieza a dar signos de crecimiento.
Mientras tanto, cada vez con más frecuencia aparecen resultados positivos en el mercado laboral peruano. La tasa de desempleo, que se mide para Lima Metropolitana de manera mensual, ha bajado de 10% a 6% consistentemente, fenómeno que no se veía desde los años 60, y el empleo sigue creciendo por encima de la fuerza laboral.
La tasa de subempleo también ha disminuido de 55% a 36%. Por primera vez desde épocas previas a la hiperinflación de los 80, tenemos una mayoría en la capital con empleo adecuado. La emigración de peruanos a otros países se va transformando en la inmigración creciente de extranjeros que vienen al Perú en busca de un destino laboral mejor.
De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Hogares, la remuneración mensual promedio en el país se incrementó de 1.525 a 1.824 soles entre el 2008 y el 2012. Un crecimiento real de 20%, a pesar de que en el resto del mundo, salvo China y pocas otras excepciones, los salarios han caído. Los ingresos han crecido más en el ámbito rural que en las ciudades (24% versus 18%), lo cual da indicios de que las enormes brechas regionales podrían empezar a cerrarse.
Esta encuesta también puede usarse para analizar el mercado de fuerza laboral calificada. Las remuneraciones de ingenieros civiles siguen siendo las más altas ubicándose en S/.4.000 mensuales en promedio. Entre las profesiones mejor pagadas se encuentran los ingenieros de sistemas, industriales y de otras áreas, así como profesionales en ciencia y tecnología. En suma, un mercado laboral que refleja una escasez relativa de buenos ingenieros. Esta es información fresca que debiera considerarse en la orientación vocacional durante estos meses, en los que muchos jóvenes deciden su futuro profesional.
¿Por qué no se estudia más ingeniería en el Perú, a pesar de su creciente demanda y elevadas remuneraciones? Parte del problema se arrastra desde la educación básica. Si el 87% de los niños de segundo grado de primaria no alcanza el nivel adecuado de matemáticas, posiblemente muchos de ellos renuncien a cualquier gusto por las matemáticas muy temprano en sus vidas.
Por eso, los problemas estructurales del mercado laboral peruano hay que enfrentarlos desde la educación básica, a fin de no quedarnos atrapados como país en la denominada “trampa de los ingresos medios”.
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