Por Ricardo Sánchez Serra*
Los países se espían unos a otros. Algunos señalan que “no es su práctica”. Mienten. Lo gobiernos espían también a sus partidos políticos, sindicatos, gremios importantes y personalidades de la política, del periodismo, de la economía y de la diplomacia. Es un procedimiento cotidiano, pero el “pecado” está cuando se les descubre, el escándalo es imperdonable. Es un procedimiento que siempre debe condenarse.
Por más que la violación a la intimidad esté condenada por la legislación, la seguridad del Estado y la anticorrupción pareciera que estuvieran por encima de los derechos de la persona. Y esto está mal. Toda privacidad debe ser respetada.
La primera gran fuente de información son los medios de difusión y más aún en naciones democráticas con amplia libertad de expresión. Los recortes de prensa son fundamentales para los análisis. Ello es complementado con las conversaciones con políticos, empresarios, militares, diplomáticos, funcionarios públicos, entre otros.
Los WikiLeaks son un ejemplo: revelan los informes de los diplomáticos norteamericanos luego de sus conversaciones informales con personalidades de los países en que se encuentran, además de otros documentos.
“No confíen en los periodistas” recomiendan los especialistas en losMedia Trainings; el break o las cenas son propicios para decir lo que uno piensa, pensando que se encuentran en el off the record.“Tampoco confíen en los diplomáticos” insinúan. Allá los parlanchines.
Es incalificable es la traición. No concibo cómo una persona puede traicionar a su país y vender los secretos militares o de inteligencia a otros. Al igual que la deserción, les debe esperar el fusilamiento o la prisión perpetua. Edward Snowden o el suboficial FAP Víctor Ariza, son muestras de traición a sus respectivos países. Ahora Snowden llora como mujer, lo que no pudo enfrentar como hombre: “Hace poco más de un mes tenía familia, un hogar en el paraíso, y vivía en una gran comodidad”, dice su carta.
No debe sorprender que hasta los aliados se espíen. El propio presidente Obama señalaba que muchos países europeos quieren saber qué toma en el desayuno. “Debemos estipular que cada servicio de inteligencia -no sólo nuestro-, sino que cada servicio de inteligencia europeo o de Asia, dondequiera que haya un servicio de inteligencia... hay un algo que van a hacer: Van a tratar de entender mejor el mundo… Si eso no fuera así, entonces no habría ningún uso para un servicio de inteligencia". Añade "y yo les garantizo que en las capitales europeas, hay personas que les interesa, si no lo que yo como en el desayuno, por lo menos mis conversaciones, cuando tengo una reunión con sus dirigentes. Así es como funcionan los servicios de inteligencia" dijo el mandatario norteamericano.
El diario brasileño O´Globo ha revelado el espionaje de EE.UU a varios países latinoamericanos. ¿Hay que escandalizarse? Las razones son militares y comerciales. ¿No lo hacen también las naciones europeas, Rusia o China en este mercado tan competitivo? No me horrorizo, sin embargo hay que pedirles a todos explicaciones.
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