domingo, 19 de enero de 2014

EL PATRIOTERO DE ALAN GARCÍA

Hace algunos días, una amiga me preguntaba, ¿qué significa “unidad nacional en el tema de La Haya”? Y la verdad es que resulta difícil definirla, pues no tenemos un consenso sobre dicha cuestión. Para algunos, significa bajar el ruido político, darle una tregua a las peleas internas. Para otros, implica que volvamos a los argumentos brindados en la sólida exposición presentada por nuestros agentes y abogados en la Corte Internacional de Justicia.
Para el señor Alan García Pérez ello implica que embanderemos nuestras casas, para reafirmar “el orgullo nacional”. Y francamente esto me parece una insensatez.
Entiendo que exista una fijación en algunos peruanos para querer demostrar, por una vez en la vida, “una victoria sobre Chile” y que miran un posible resultado favorable en La Haya como si fuera la final del Mundial de Fútbol o como si nos cobráramos la revancha de la Guerra del Pacífico. Y parece que el doctor García responde a ese sector.
El problema central es que - además de exacerbar los ánimos de termocéfalos como el diputado chileno Jorge Tarud - esto no es, ni una revancha, ni la final de un Mundial, ni la oportunidad de enrostrar a nuestros vecinos del sur una victoria. Menos aún para sacar pecho por una demanda que García tuvo que presentar casi a rastras, luego que en el gobierno de Toledo se iniciara el tema. Eso sí, las gestiones del canciller José Antonio García Belaúnde en este tema, tanto en el segundo gobierno aprista como en la actual administración, han sido impecables.
El gran triunfo en La Haya es que, sea cual fuere el resultado que se produzca, finalmente cerraremos todas las fronteras. Y podremos construir un futuro común con nuestros hermanos chilenos. Eso y no comportarse como el jefe de una barra brava es lo que deberíamos tener en mente hacia el 27 de enero. Si vieran como en Tacna y Arica pasan de un lado a otro de la frontera para la atención de servicios comunes y por cuestiones comerciales, pocas ganas les quedaría de proponer insensateces como esta.
Y por cierto, resulta lamentable que los trolls apristas (ojo, no todos los miembros del partido) llamen “pro chilenos” a todos aquellos que estamos en contra de semejante iniciativa. Y no solo lo es por las bajezas a las que esta gente está acostumbrada a perpetrar, o su eterna vocación por el ridículo (como ponerse a lavar banderas brasileras en la embajada del vecino país en protesta contra Luis Favre). Sino también porque olvidan que el vecino del sur acogió a varios de sus viejos líderes asilados por la persecusión que sufrieron (¿se acordarán de Luis Alberto Sánchez?), que uno de sus veteranos patriarcas (Armando Villanueva) estuvo casado con una chilena y que algunos de sus dirigentes tienen reuniones constantes con sus pares chilenos, justamente, para preservar la unidad entre ambos pueblos.
Que el patrioterismo barato y el chauvinismo idiota, en ambos lados de la frontera, sea el gran derrotado este 27 de enero.

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