Diálogo y modelo económico ¿hay sitio para el debate?
Por Eduardo Zegarra (*)
El gobierno ha convocado a un diálogo con las distintas organizaciones políticas con una agenda en la que destaca la preocupación por la desaceleración de nuestra economía, especialmente la orientada al mercado externo, en un contexto de menor crecimiento mundial. Las fuerzas políticas conservadoras, como el PPC y el APRA, piden más señales de confianza para la gran inversión privada, más de lo mismo y una forma tradicional de profundizar el modelo primario-exportador que está a la base de nuestra vulnerabilidad. El fujimorismo no desafinará en este coro de apoyo incondicional al modelo, que siente es hechura suya de los 1990s (aunque eso no sea cierto).
Desde la izquierda planteamos que es fundamental discutir la viabilidad del modelo en esta nueva etapa del proceso económico mundial y regional. Reconocemos que el modelo ha tenido algunos impactos positivos en la estabilidad económica y en menor medida en la reducción de pobreza y mejora de ingresos en los últimos años, pero consideramos que estos logros son limitados y no se volverán a repetir a futuro. Requerimos un cambio de rumbo importante para enfrentar los retos de desarrollo con inclusión social y descentralización.
La teoría y experiencia mundial en materia de desarrollo económico nos dice una y otra vez que los modelos primario-exportadores son muy limitados para generar procesos amplios y sostenibles de crecimiento en el largo plazo. Tarde o temprano el precario aparato productivo, fuertemente sesgado hacia sectores de exportación primaria y servicios de baja productividad, con desindustrialización, se estanca y no genera el empleo y el tipo de crecimiento que una fuerza laboral más joven y educada requieren. Nuestro país ha seguido la senda primario- exportadora la última década en un contexto muy favorable pero que ahora ha llegado a su fin y que debemos empezar a superar en la próxima década.
Desde el Frente Amplio le proponemos al país iniciar procesos de cambio hacia un modelo de crecimiento y acumulación que abandone la senda primario-exportadora y nos embarque con decisión en un rumbo de crecimiento distinto, en base a una economía diversificada y descentralizada, con fuerte énfasis en inversiones y procesos que fomenten el cambio tecnológico y la generación de empleo, con generación de alto valor agregado en la industria, la agricultura y los servicios.
Las propuestas del Frente Amplio para enfrentar el contexto emergente se sustentan en este enfoque. Proponemos el lanzamiento de programas de reactivación económica selectiva para la pequeña y mediana industria textil, para la agricultura familiar y para sector de vivienda popular en zonas urbanas pobres. Esta reactivación selectiva incrementa tanto la oferta como la demanda interna, evitando presiones inflacionarias; y generan el tipo de empleo que ahora necesitamos impulsar. Esto debe estar acompañado de un impulso inmediato a centros de competitividad regionales, y un Concejo Económico-Social que convoque a empresarios y trabajadores a ponernos de acuerdo en grandes proyectos de impacto nacional y regional. Planteamos una nueva forma de tomar decisiones económicas, donde el MEF tenga el contrapeso de una agencia fuerte de planificación del desarrollo; y donde los distintos sectores económicos y sociales pueden tener real incidencia en la dirección de la política económica. Hoy el MEF se ha convertido en un cajero ciego, que no dialoga y que no escucha, y toma decisiones arbitrarias y muy dañinas para nuestro futuro sin rendirle cuentas a nadie.
Somos conscientes en la izquierda que el actual modelo económico y sus poderes fácticos van a reaccionar visceralmente contra los que nos atrevemos a plantearle al país alternativas distintas en materia económica. Sabemos que hay en los cientos de miles de jóvenes peruanos un ansia por buscar y encontrar un país más justo, más libre y más igualitario, y sobre esa base insistiremos incansablemente en la necesidad del cambio. Para eso trabajamos por una izquierda democrática y seria, que busca representar mejor a los complejos intereses de todos y todas en un país diverso. Eso es también lo que nos anima a ir con propuestas al diálogo convocado por el gobierno del señor Ollanta Humala.
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