Opiniones de un periodista extranjero, ¡conflicto de intereses?
El periodista-escritor
francés Ricardo Uztarroz, desde su perspectiva de ciudadano extranjero, desliza
sus opiniones y críticas en relación a la sentencia a Alberto Fujimori y como
en sus apreciaciones hace alusión a la Comisión de la Verdad y Reconciliación,
hay la obligación elemental de decirle que tiene una apreciación sesgada, por
decir lo menos, de los hechos que acontecieron en el proceso de violencia que sacudió terriblemente al país,
no siendo cierto que en tanto sucedían las acciones criminales de S.L. y de la contrainsurgencia del estado peruano;
justamente, en los lugares donde se acentuaban los hechos de sangre, hubieron
valerosos compatriotas que no abandonaron sus espacios y cumplieron heroicamente su rol, manteniendo viva la
respuesta de la sociedad frente a la brutal arremetida de unos y otros. Es
cierto que no existen fuentes escritas que refieran con alguna
aproximación la realidad de las
circunstancias vividas, por lo que es entendible su supina desinformación, por
lo que resulta contraproducente la comparación con el avestruz que esconde la
cabeza porque no existe lo que no ve. Otra afirmación cargada de subjetividad,
es calificar en buena medida de institucional, la pusilanimidad de algún
miembro de la ex CVR, juicio que no merece detenerme más de lo necesario en su comentario, porque a
diferencia de tal opinión, hubo
capacidad, inteligencia, coraje , entereza y una respuesta clara frente a un requerimiento del país,
al asumir la responsabilidad de
investigar 20 años de violencia en el país, llegando a un Informe Final que la
miopía y los perjuicios de Uztarroz no
le ha permitido ver y comprender adecuadamente el Informe, por lo que sus subjetivas e interesadas interpretaciones le
hacen opinar del modo que hace, no sé si con el ánimo de encontrar en algunos casos,justificaciones a los crímenes
de lesa humanidad cometidos en el conflicto interno. El Informe final de la CVR
tiene rigor científico en su procesamiento, su fortaleza descansa en los aproximadamente
150000 testimonios que no fueron objeto
de manipulaciones interesadas, menos de interpretaciones sujetas a intereses de comisionado alguno, de modo que
si este informe fuera objeto de una nueva suscripción, firmaría una y mil
veces, porque el informe reproduce literalmente todo lo acontecido; viví el proceso de la violencia envuelto por su vorágine y puedo dar fe, de lo que pasó, porque los relatos recogidos describen con crudeza y de acuerdo a como se
dieron en los hechos. El informe es claro, directo y condena los crímenes
perpetrados por S.L. y la ofensiva
antiterrorista del estado. La justicia peruana se encargó de juzgar las
responsabilidades de Alberto Fujimori y no quisiera opinar sobre su condena,
pero si puedo sostener, a modo de realidades
los siguientes hechos:
1.
Alberto Fujimori proclama su inocencia frente
a los crímenes y asesinatos cometidos
con la mayor crueldad, pudiendo en su condición de Presidente de la
República evitarlos y combatir con la Ley en la mano, usando los
recursos de poder que disponía en legítima defensa del país frente a la insania
terrorista.
2.
Su cobardía,
por no asumir sus
responsabilidades y su afán de protección
y encubrimiento de los crímenes del grupo colina, que hay manera de comprobarlos.
3.
Su ausencia, cuando la CVR le tendió puentes
para que diera su testimonio que estaba obligado a hacerlo.
En donde si coincido
con el periodista escritor Uztarroz es cuando reconoce que Alberto Fujimori
condujo el país cuando se encontraba al fondo del abismo, con apagones que
saboteaban la actividad productiva del país, los coches bomba, la inflación dejada por Alan García,
etc, etc y discrepo en su fácil recurso de argüir inocencia, cuando
en un gesto de buscar la comprensión de su estratagema,
pudo explicar que la ofensiva descargada por S.L. contra el país, exigía del
estado una contraofensiva como la que se implementó, pero no negar crímenes que los
pudo evitar, que los convalidó, reconoció, premió, muy
lejos de pedir perdón a los familiares de sus víctimas. Tampoco estoy de acuerdo, con la discriminación que se practica cuando
por faltas graves en el proceso de la violencia, el estado y la sociedad
muestra una actitud tolerante, de complicidad, con otro ex gobernante, que debe ser procesado como Alberto Fujimori,
porque en su gestión se cometieron crímenes de lesa humanidad y cuando repitió
el plato de gobernante, reincidió en crímenes como los de Bagua. No parece
justo discriminar responsabilidades frente a excesos que tuvieron el común
denominador de crímenes cometidos con la
anuencia del estado. En esa dirección, sería saludable que el periodista
escritor, objeto de estas apreciaciones sea claro en su posición de señalar que
frente a comunes delitos, un mismo
estado, no puede medir con distintas medidas a sus responsables, esto
es, mirando, sólo lo que le conviene mirar.
Alberto Morote
No hay comentarios:
Publicar un comentario