¿Estamos al borde de la extinción? Bill Gates, sus reglas de vida, la Monsanto y el Club Bilderberg
Bill Gates es uno de los más grandes accionistas de la
desprestigiada multinacional Monsanto, empresa que depreda terriblemente el
medio ambiente en su conjunto, aunque la publicidad de sus productos diga todo
lo contrario[1]; impone juicios a agricultores y gobiernos del mundo cada vez
que descubre que sus semillas transgénicas (presentadas como solución
definitiva del hambre en el mundo[2]), siendo contagiosas, fácilmente llegan a
parar a cultivos ajenos, sin que los dueños respectivos tengan responsabilidad
en el asunto y presiona a los que se niegan a comprar sus semillas[3]; impone
patentes que se vuelven prácticamente de vigencia muy duradera gracias a su
influencia enorme en los poderes estadounidenses y de otras partes del
mundo[4]; amenaza la biodiversidad con los monocultivos transgénicos; hace
tumbar leyes y disposiciones que obstaculicen la venta irrestricta de sus
productos[5]; pretende a través de los organismos genéticamente modificados (OGM)
tener el control total sobre la alimentación de los seres humanos para
someterlos a su dominio y, peor aún, el control mental de los mismos para
esclavizarlos, basándose en los preceptos de la eugenesia.[6]
En una entrevista del 2003, Bill Gates, admitió que su
padre era el jefe de Planned Parenthood, que fue fundada bajo la concepción de
que “la mayoría de los seres humanos son sólo criadores “imprudentes” y “malas
hierbas humanas” en necesidad de sacrificio.”[7] Todo evidencia que la Monsanto
de Bill Gates va, justamente, tras la consecución ese objetivo, aunque
presentado envuelto en celofán.[8]
Bill Gates, pertenece, como Kissinger, al cerradísimo,
tenebroso, terrorista, genocida, racista y otras joyas, club Bilderberg, cuyos
miembros, se reúnen a planificar cómo conquistar al mundo, sin las fantasías,
aún así nada inocentes, del famoso personaje de dibujos animados “Cerebro”, un
pequeño ratón que tiene como subordinado y acompañante inseparable a
Pinky, un tonto ratón de mayor tamaño que le sigue el juego de conquistar el
mundo, cada día.
Entre los miembros de este club, se cuenta a
banqueros, políticos, miembros de la realeza, financieros internacionales
dueños de poderosos medios de comunicación y, ya no se diga, a militares de
alto rango… La secretividad de los asuntos que se discuten en las reuniones de
este club no se desconoce del todo, al grado que “la legislación estadounidense
no permite que miembros del gobierno asistan a reuniones secretas con
empresarios, militares o personalidades poderosas de otros países sin advertir
previamente a las autoridades”, razón por la que algunos estiman que ello
implica caer en ilegalidad, dice Wikipedia, con la tibieza que suele
caracterizarlo. Algo parecido, continúa la misma fuente, se les señala en
España a funcionarios del gobierno y la realeza, a quienes se les achaca ese
mismo tipo de delito.[9]
Ya desde 1977, el nada cándido diario neoyorkino “The
Times” se refería al Club Bilderberg como: “... una camarilla formada por
algunos de los hombres más ricos, poderosos e influyentes de Occidente, que se
reúnen secretamente para planear eventos que después, simplemente, suceden”.[10]
El club tiene el poder y la influencia necesaria para
dictar a casi cualquier nación del planeta su propia política. Controla al
presidente de EEUU, a los principales medios de “comunicación” de Occidente, a
los políticos, financieros y periodistas de mayor relevancia; a los bancos
centrales de los países más poderosos, al FMI, al Banco Mundial, a la ONU y sus
dependencias, etc. En él se decide cuándo y cómo debe iniciarse una guerra, la
duración de la misma y, por ende, cuándo y cómo debe culminar.[11]
El poder del grupo es tal que muchos personajes se
volvieron mandatarios o mandatarias, justamente, después de asistir a una u
otra reunión del mismo: Bill Clinton (EEUU), Tony Blair (Reino Unido),
Romano Prodi (Presidencia de la Comisión Europea, tras participar en
reunión de 1999); George Robertson (estuvo en reunión de 1998 y en 1999 fue
nombrado Secretario General de la OTAN); José Luis Rodríguez Zapatero se vio
favorecido por Trinidad Jiménez, una de sus más estrechas colaboradoras; no es
casual que, justo, tras la asistencia de la misma a la reunión anual del grupo
Bilderberg, representando al PSOE, él logró convertirse en Presidente de
España.
Por si fuera poco, debe agregarse que desde la
administración Eisenhower, hasta el presente, todos los presidentes de EUA han
pertenecido al grupo Bilderberg. Lo mismo ha pasado con las instancias de la
Unión Europea: a Romano Prodi le sucedió José Durao Barroso, quien al igual que
Jean Claude Trichet (gobernador del Banco Central Europeo), Javier Solana
(responsable de la política exterior de la Unión) y la mayoría de los
gobernantes europeos, han pertenecido y pertenecen al grupo.[12]
Anotamos algo de mucho interés respecto al nefasto
grupo: Thierry Meyssan, director de Red Voltaire, quien pudo tener acceso a los
archivos del Bilderberg, en un escrito de 2011, difiere de los planteos que le
atribuyen al mismo un poder que no tiene dado por sí mismo, puesto que la
fuerza que lo hegemoniza y creó es la genocida OTAN. “Los participantes ignoran
que son en definitiva los servicios secretos de la OTAN quienes realmente dan
origen al encuentro de Bilderberg. El príncipe Bernhard, Coleman y Van Zeeland
sirven de fachada”, plantea el autor, refiriéndose a la primera reunión del
grupo acaecida en 1954, en Ámsterdam.[13]
Cerramos el capítulo Bilderberg, recurriendo a una
información que desnuda el carácter guerrerista de este grupo, al acusar el
interés de sus miembros en la condición estratégica de Siria, implicándose en
la guerra en su contra desde antes de ésta se iniciara, propiamente en su
diseño y desarrollo. De la misma manera, el Club actuó en Irak, donde después
de la guerra en su contra, la industria petrolera y las otras industrias
llegaron a caer en manos de miembros del Club. Hace lo mismo contra Afganistán.
Todo ello lo fundamenta Cristina Martín Jiménez, autora del primer libro sobre
el grupo.[14]
Bill Gates y sus Reglas de vida[15]
Sean o no de Bill Gates estas reglas, diversidad de
sitios web las han reproducido atribuyéndoselas a él como autor de las mismas.
Mas, independientemente de que ello sea o no así, se trata de ideas que se
presentan como recetas para triunfar tanto en el plano empresarial, como en el
personal. Y aunque en verdad se trata de ideas nefastas, a simple vista,
aparentan ser benéficas. Y jóvenes incautos y, seguramente, hasta gente adulta,
las toman de esa forma.
Veamos de qué se habla en esas reglas de “oro”.
“La vida no es justa, acostúmbrate a ello”.
Dicho así, el asunto parece una verdad irrefutable,
una afirmación nada subjetivista, apegada por entero a la realidad. Suena
lapidario e inapelable. Sin embargo, es maligno inculcar esta idea. ¿Cómo
alguien que es parte activa de las más grandes injusticias de la sociedad
capitalista con el mundo puede hablar de acostumbrarse a las injusticias?
¿Sobre qué base habla de una vida injusta como algo dado por sí mismo, cuando lo
injusto no es un asunto biológico, sino determinado y condicionado por
condiciones históricas dadas, como las que impone la civilización capitalista?
“Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo
esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no
contigo mismo”.Esta idea echa en un solo costal a las personas; hace tabla rasa
de las diferencias entre las mismas; ignora que los ególatras son relativamente
pocos, que los justos son muchos, muchísimos, la inmensa mayoría. A los primeros
no les importa nadie; a los segundos les interesan los demás. Es como reza el
adagio: el ladrón piensa que todos son de su condición. ¿Qué es el mundo para
este personaje? La OTAN, las transnacionales, particularmente la Monsanto de la
cual es uno de sus mayores accionistas. Por lo demás, el planteo de este
“filántropo”[16] -que “dona” dinero a los pobres para librarse de pagar
impuestos y para enmascarar el oscuro destino de sus donaciones[17]- encierra
la idea de que nadie debe buscar la dicha sino responder a un “mundo” que
responde a la lógica del la supuesta “mano invisible del mercado”, eufemismo
para hacer referencia, a estas alturas, a las grandes transnacionales
industrial-militares, alimentarias, farmacéuticas, mediáticas e incluso de
condición religiosa, etc.
“No ganarás US$5.000 mensuales justo después de haber
salido de la escuela, y no serás el vicepresidente de una empresa, con coche
gratis, hasta que hayas terminado el instituto, estudiado y trabajado mucho”.
Se diría que él ha ganado tanto porque se ha esforzado mucho, muchísimo.
Se diría, además, que todo el “mundo” busca atesorar riqueza, vivir en función
de ello; ocupar altas jerarquías en una empresa o cosa semejante. En realidad,
lo que la humanidad en su mayoría aplastante exige es vivir con dignidad, con
vivienda, empleo, salud, educación, seguridad social y, sobre todo, libremente
para decidir su futuro sin imposiciones locales o foráneas.
“Si piensas que tu profesor es duro, espera a que
tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia
requerida”. La dureza en el trato no es admisible ni de parte de un profesor,
ni de parte de un jefe, ni de parte de nadie. Una cosa es la exigencia cuando
se responde a un medio libre y otra, muy distinta, es la “exigencia” en un
ambiente donde el patrón lo decide todo en su provecho, de forma directa o
mediante gerentes. Las personas debemos educarnos unas a otras; apoyarnos
mutuamente; ser tolerantes unas con otras; pero jamás debemos aceptar la
injusticia, la opresión, el saqueo y el sometimiento de naciones.
“Dedicarse a voltear hamburguesas no te quita
dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: le
llamaban oportunidad”.Hacer hamburguesas, tortillas, nacatamales y, en general,
preparar comida para otros y otras no es indignante; ni debe contemplarse de
esa forma. Lo que sí es criticable e indignante es inculcar la falsa idea de
que la sociedad capitalista, tarde o temprano, premia el esfuerzo, lo cual
resulta falso de toda falsedad. ¿Cuántas personas hay en el mundo haciendo
esfuerzos ingentes, su vida entera, para sobrevivir a duras penas? ¿No
ocurre ya eso mismo incluso en el llamado mundo desarrollado?
“Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que
no lloriquees por tus errores; aprende de ellos”. Esta idea absolutiza la
metida de pata que, en efecto, puede ser resultado de los errores propios pero,
¡cuidado! porque acá existen, no pocas veces, culpas ajenas... y no
necesariamente de los padres… que también son, en gran medida, víctimas del
sistema opresor. Lo único que puede admitirse del planteo hecho es que se debe
aprender de los errores.
“Antes de que nacieras, tus padres no eran tan
aburridos como lo son ahora. Ellos empezaron a serlo por pagar tus cuentas,
lavar tu ropa sucia y escucharte hablar acerca de lo “super” que eres y lo
pesados que son ellos. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas
vírgenes, contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino
limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación, escritorio,
armario y closet”. Amén de establecer una brecha infranqueable e inadmisible
entre padres e hijos, el planteamiento denigra a unos y otros. Achaca a los
padres, sin ningún fundamento de por medio, aquello cuya responsabilidad le
corresponde aplastantemente al sistema capitalista: la contaminación de las
“selvas vírgenes” (sean éstas una expresión metafórica o no) y de toda la
naturaleza. Muestra un desprecio inaudito por los demás seres humanos, porque
todas las personas cabemos dentro de las categorías generacionales. Por
lo demás, se llama al darwinismo social, que invita a cada quien a luchar
exclusivamente por sí mismo.
“En la escuela puede haberse eliminado la diferencia
entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya
no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesitas para
encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada
vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.” Esta idea es
tan perversa como la primera. Las diferencias entre ganadores y perdedores no
son cosas de la vida, son propias de quienes imponen las reglas, los parámetros
de calidad de esto u lo otro; en fin, de quienes poseen la riqueza y el poder
sobre los demás. Las cosas entre las personas no son naturales; dependen de las
estructuras sociales predominantes.
“La vida no se divide en semestres. No tendrás
vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán
en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo en tu
tiempo libre”. Se insiste, acá, en la idea de que cada persona labra su destino
por sí misma; sin que en ello intervenga para nada el orden social
prevaleciente. Pero hay algo más acá: implícitamente se inculca la idea de que
el tiempo de las personas, de los trabajadores, es o debe ser tiempo para la
empresa, para el empresario global o local. Por lo demás, la inmensa mayoría de
las personas ni pueden, ni sueñan con pasar vacaciones en lugares lejanos…
“La televisión no es la vida real. En la vida
cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse
a trabajar”. Se insiste y se insiste, incansablemente, en que las personas
deben su vida entera a trabajar, desde luego para el empresario; y no deben,
para nada, soñar con el solaz, el descanso, la distracción. Se invita, pues, a
una vida por completo enajenada, entregada por completo al “empleador”.
Al respecto del fenómeno acusado, los autores Simone
Belli, Cristian López y Javier Romano plantean: “Todas las horas son
susceptibles de ser trabajadas, las conexiones inalámbricas permiten conectarse
en cualquier lugar en todo momento. […].”[18]
“Sé amable con los "NERDS" (los más
aplicados de tu clase). Existen muchas probabilidades de que termines
trabajando para uno de ellos”. Acá el llamado a ser amable no es a serlo de
verdad, sino en dependencia de quién sea el jefe o la jefa.
Concluyamos este escrito señalando que las nefastas
fuerzas que ejercen su hegemonía sobre el mundo, particularmente las
estadounidenses, están acelerando una carrera loca hacia la destrucción del
planeta. Según Chomsky, “Por primera vez en la historia de la especie humana,
hemos desarrollado claramente la capacidad de destruirnos a nosotros mismos. Esto
ha sido así desde 1945. Ahora, finalmente, se reconoce que hay procesos a largo
plazo como la destrucción ambiental que lleva en la misma dirección”.[19]
¿Tenemos aún tiempo para evitar esa destrucción del
planeta que avizora Noam Chomsky? ¿Reaccionarán a tiempo los pueblos para
atajar a las fuerzas responsables de conducirnos hacia el abismo?” ¿La
educación recuperará el humanismo que pareció abrazar por mucho tiempo para
ponerse definitivamente al lado de los pueblos y no al de las fuerzas del mercado
globalizado?
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[1] “Las impactantes actas relativas a la reunión, la
semana pasada, del presidente Putin con el Secretario de Estado de los EEUU,
John Kerry, revelan la “extrema indignación” de los dirigentes rusos con el
régimen de protección continua del presidente Obama hacia los gigantes
mundiales de la biogenética, Syngenta y Monsanto, frente al inminente
“apocalipsis de las abejas” que, según el Kremlin, “con toda seguridad” puede
conducir a una guerra mundial. “El “apocalipsis de la abeja” conducirá según el
Kremlin a una guerra mundial, advertencia a Obama”. El problema estriba en que
“un tipo de insecticidas neuro-activos relacionados con la nicotina, y
conocidos con el nombre de neonicotinoides, están destruyendo la población de
abejas de nuestro planeta, y que, de no controlarse, podrían destruir nuestra
capacidad mundial para cultivar suficientes alimentos para alimentar su
población.”
http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El_apocalipsis_de_la_abeja_conducira_segun_el_Kremlin_a_una_guerra_mundial_advertencia_a_Obama
Otra fuente plantea: “Mas del 80% de las abejas melíferas están desapareciendo,
la pesadilla que se ha iniciado en Estados Unidos se está trasladando a otros
lugares del mundo como en Europa, Los científicos predicen que esta puede ser
la advertencia más peligrosa de un colapso ecológico global masivo.” “La
pesadilla de la Desaparición de las Abejas”.
http://www.ecoportal.net/Videos/La_pesadilla_de_la_Desaparicion_de_las_Abejas
[2] Por más que la Monsanto y otras compañía
productoras de transgénico digan lo contrario, en el 2000, Steve Smith,
director de la compañía de biotecnología Novartis expresó al diario británico
The Guardian, lo siguiente. : “Si alguien le dice que la manipulación genética
va a alimentar al mundo, dígales que no lo hará. -Para alimentar al mundo, se
requiere de voluntad política y financiera- no se trata de producción”. BBC.
"La agricultura transgénica no es sostenible".
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_3769000/3769945.stm
[3] “Al explotar su maíz, soja y algodón transgénicos
patentados, Monsanto asegura un odioso control sobre las industrias agrícolas
de EE.UU., y exprime con eficacia a los agricultores convencionales, o sea, los
que usan semillas no transgénicas. Así elimina las posibilidades de ellos de
participar en el mercado y ser competitivos. (Hasta fines de 2013, el
Departamento de Justicia investigaba a Monsanto por violar las leyes anti-trust
con sus actividades en contra de la competencia hacia otras compañías
biotecnológicas, pero esa investigación fue discretamente cerrada antes de fin
de año.)” Charlotte Silver. Monsanto contra el pueblo.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168180
[4] Armando Giménez Larrosa. "Productores inician
acción de amparo contra Monsanto2.
http://lanacion.com.py/articulo/110603-productores-inician-accion-de-amparo-contra-monsanto.html
[5] “En el mismo Estados Unidos ya entró en vigencia
una clausula legal que permite a Monsanto, Syngenta, DuPont –Pioneer, Dow,
Bayer y Basf estar por arriba del sistema judicial, ignorando las órdenes de
jueces de suspensión de siembra de cultivos transgénicos inclusive por
evidencias científicas que señalan daños a la salud de la población”. Vicky
Peláez. “Las semillas y el dominio del mundo por el hambre”.
http://www.argenpress.info/2013/05/las-semillas-y-el-dominio-del-mundo-por.html
[6] Manu Escrig. “La gran estafa alimentaria. La
Monsanto de Bill Gates”.
Wikipedia define así el concepto: La eugenesia es
una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos
mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de
humanos.[1] El origen de la eugenesia está fuertemente arraigado al surgimiento
del darwinismo social a finales del siglo XIX.[2] [3] En general, las metas que
se plantea varían dependiendo del contexto discursivo, pero dentro de los
objetivos que se proponen se pueden mencionar desde la creación de personas más
fuertes, sanas e inteligentes, hasta el ahorro de los recursos de la sociedad.
Los medios antiguamente propuestos para alcanzar dichos objetivos se centraban
en la selección artificial, mientras que los modernos se centran en el
diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el
control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética.
http://es.wikipedia.org/wiki/Eugenesia. Otra fuente anota: “Como consecuencia
de la revolución biotecnológica que estamos viviendo, están renaciendo los
signos malignos del racismo y eugenismo que hace un siglo atropellaron los
derechos humanos de la civilización en Europa y Estados Unidos, y que fueron
condenados por el Código de Nuremberg en 1947, después de la Segunda Guerra
Mundial. En estos últimos años, audaces experimentos científicos que se
efectúan en el ámbito de la genética y la reproducción humana, conllevan graves
signos de una tendencia eugenésica que es necesario prevenir y evitar.”
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