Por todos los tiempos han existido diferentes formas de comunicación y expresión para referirnos a otras personas.
Los reproches, opiniones y sobre todo las críticas destructivas han sido una de las más dañinas.
Evitemos envenenarnos, tanto criticando como recibiendo críticas de más.
Los reproches, opiniones y sobre todo las críticas destructivas han sido una de las más dañinas.
Evitemos envenenarnos, tanto criticando como recibiendo críticas de más.
No siempre se hace a propósito, pero a veces, sin darnos cuenta, ejercemos este tipo de agresión que a la larga produce efectos negativos en la otra persona. Por ejemplo, todos los miembros de una familia necesitan palabras de ánimo y reconocimiento de sus esfuerzos. Necesitan el apoyo y la solidaridad cuando algo no da los resultados que esperaban. Pero si alguien los juzga y hacen comentarios negativos, sólo les causará tristeza, cólera, impotencia, vergüenza e inseguridad.
En la
Hacer sentir mal a alguien es una forma de ejercer el chantaje emocional y la manipulación. Quizás no se percibe, porque el agresor casi siempre adopta el papel del “bueno” poniendo siempre por delante “los sacrificios” que ha hecho por otras personas y de lo “poco” que son apreciados:
- ¡Eres una mal agradecida!
- ¡Todo lo que hago y he hecho es por ti y para ti!
- ¡Cómo puedes responderme tan mal, cuando sabes que tú tienes toda la culpa de lo que pasa!
- ¡Todo mi esfuerzo lo has echado a la basura!
¡Qué difícil se le hace a algunas personas reconocer y/o darle mérito a los esfuerzos y logros de otras personas!Resaltamos los defectos de otros, tratando de esta manera de tapar nuestros propios errores. Se nos olvida que la tolerancia y la comprensión nos ayudan a tener una vida más tranquila y en paz con el resto de las personas.
Muchas veces pedimos que otras personas cambien, que nos comprendan y toleren, que no nos critiquen… sin hacer caso a los cambios de actitud que nosotras mismas necesitamos tener. Cada persona cree estar actuando bien y se convence a sí misma de que los demás están equivocados.
Es necesario darnos la oportunidad de elegir qué tipo de pensamientos, actitudes y acciones queremos de la vida y de otras personas. ¿Por qué no empezar por nosotras mismas, admitiendo y aceptando que como todo ser humano, tenemos defectos?
Dejemos de buscar excusas o de culpar a otros. Que todos los días podamos decir o hacer algo bueno, sin pensar mal de los demás. Pongamos en práctica la tolerancia, la comprensión y la solidaridad para con quienes amamos.
© Autor: Amanecer cautiva del amor.
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