La informalidad y falta de respeto por los demás incrementa el riesgo Perú
Por: Alberto Arispe Bazán
Como siempre he señalado, el valor fundamental de las acciones depende de tres variables: los flujos de caja futuro esperados por el valorizador, la tasa de crecimiento de largo plazo de estos flujos de caja que el valorizador estime conveniente y el riesgo.
¿El riesgo de qué? El riesgo de comprar la acción en el mercado.
Ese riesgo está en función a tres variables: el riesgo económico/político del país donde opera la compañía, el riesgo del negocio en sí y el riesgo de invertir en un mercado volátil como el mercado de acciones.
En este post, escribiré sobre el riesgo país, es decir, riesgo Perú.
El riesgo Perú se puede definir de muchas maneras. Generalmente, el mercado toma como riesgo Perú al riesgo de que el Estado peruano no cumpla con sus obligaciones y haga un default a sus acreedores. Si el riesgo de que esto ocurra es alto, la tasa de interés que los inversionistas demandan a cambio de comprar bonos soberanos peruanos será mayor y si el riesgo de que esto ocurra es bajo, dicha tasa de interés será menor.
Los analistas consideramos que el mercado de bonos es relativamente eficiente (o es lo más eficiente que hay) y por tanto, miles de inversionistas compran/venden bonos peruanos, tomando en cuenta todas las variables económicas, políticas, psicológicas, etc., y ello determina las tasas de interés de mercado de los bonos peruanos y por ende su precio de mercado también.
Yo hoy quiero hacer una simple reflexión. El riesgo Perú debe ir más allá de si el Estado hace o no hace un default a sus acreedores. Para mí el riesgo Perú representa el riesgo de que los hacedores de política económica, los empresarios, los gerentes de compañías y trabajadores en general creen o no creen valor para el país en el futuro.
¿Y qué cosa es crear valor para mí?
1) Que este gobierno y los futuros gobiernos mantengan una política económica que respete la constitución actual, que respete un modelo económico que tenga como objetivo principal atraer inversión privada al país y generar más empresas, que genere más puestos de trabajo, que genere mayores impuestos y que, mediante estos mayores recursos, el Estado pueda invertir en infraestructura, educación, salud, seguridad ciudadana, administración de justicia, entre otros. Ello ayudará a la disminución sostenida de la pobreza.
2) Que este gobierno y los futuros gobiernos mantengan una disciplina fiscal y monetaria que permita un crecimiento económico sin déficit estructurales y sin inflación. Ello permitirá que los ciclos económicos sean menos pronunciados y el crecimiento económico sea lento pero sostenido.
3) Que las empresas se manejen de manera honesta, transparente y eficiente, buscando maximizar las utilidades netas de manera sostenida, con el objeto de beneficiar a accionistas, trabajadores y a la sociedad en general.
4) Que todos los peruanos luchemos para vivir en una sociedad en democracia donde el ser humano es más importante que el Estado y donde las personas se respeten entre sí y respeten a las autoridades. Que las personas sean libres para pensar, actuar y opinar de la manera que crean conveniente, siempre dentro de la ley y el respeto a los demás.
Y yo veo con preocupación que, si bien el país sigue creciendo al 6% anual, si bien más o menos se mantiene un modelo económico amigable al mercado, si bien las empresas se manejan mejor que antes, aún hay un grave problema en el punto cuatro.
Las personas -al menos en Lima, que es donde yo vivo- no se respetan entre sí y no respetan a la autoridad. Y me refiero a personas de todo tipo de nivel socio económico, de toda raza, de todo género y de todo nivel de educación.
La manera más fácil de determinar esto es todos los días, manejando mi carro en las calles de la ciudad. Todo el mundo hace literalmente “lo que le da la gana”, sin importarle la ley, la autoridad y mucho menos el bien común. No se respeta a los demás.
Hasta hace unos años, era normal que las combis, los microbuses y los taxis cometieran faltas de tránsito graves, pero ahora ya es generalizado. Yo manejo diariamente por la avenida Angamos de Surco a Miraflores todos los días. Pasando el puente Chacarilla hay una clara señal de “prohibido doblar a la izquierda”. A pesar de eso, todos los días, cuando paso por ahí, tres, cuatro, cinco carros, todos doblan a la izquierda. Estoy hablando de camionetas BMW, Audi, Toyota.
Luego avanzo por Angamos y cuadras antes de llegar al cruce con Velasco Astete veo a la derecha que la calle auxiliar de dos carriles ha sido tomada por carros estacionados en plena calle (los dos carriles, por si acaso) que están esperando a sus familiares/amigos que salen de una academia de inglés. Toda la calle auxiliar está detenida por estos señores que, ante cualquier llamada de atención, responden con una mentada de madre.
Sigo mi camino y cruzo la avenida Tomas Marsano. Ahí hay varias señales de que está prohibido doblar a la izquierda: pues nuevamente, todos los días, cinco, seis carros, doblan a la izquierda perjudicando a los demás. Unos metros más allá, hay otra señal que dice prohibido doblar en U. Qué creen, todos los días los carros doblan en U.
Y ahora, veo que ya se ha vuelto común que las personas se paren en plena pista, sea avenida, carretera o una simple calle, por cualquier razón, porque “no hay donde estacionar pues”. Y cuando uno le dice a un policía que fulano o mengano está violando las reglas de tránsito, el policía le da la razón al que está cometiendo una infracción. “Pero es sólo un ratito, pues señor”. Y cuando las señoras van a recoger a sus hijos del colegio, algunos de los colegios más caros de Lima, no les importa, paran en media calle para esperar a sus hijos.
La siguiente anécdota me llevó a escribir este post. Fui hace poco a una reunión de los amigos de un buen amigo. Llego al lugar en mi auto y me cuadro en el estacionamiento entre la vereda y una avenida (paralelo a la avenida y a la vereda). Obviamente ocupe la mitad del estacionamiento, pero no invadí ni la vereda ni la pista. El portero me recrimina y me dice que me cuadre perpendicular a la vereda y avenida. Le digo que, si hago esto, la parte delantera de mi carro invadirá la vereda y la parte posterior de mi carro invadirá la pista. Que eso está mal, que, primero, no es legal, segundo, no está bien y tercero, voy a perjudicar a todos los peatones que quieran pasar por ahí. El portero se molesta conmigo, que “todo el mundo hace eso pues, que no haga problemas”. Mis amigos me increpan que por qué yo siempre hago problemas y por qué no la hago fácil y hago lo que todos los demás hacen (mis amigos son gerentes de empresas importantes). En medio de la discusión llega otro carro y el chofer del otro carro se baja amargo a insultarme pues por mi culpa no podía estacionarse. Es decir, todos me decían que yo estaba mal y que invadiera la vereda y la pista y que no funda. Todos estaban convencidos de que yo era el problemático, el gruñón.
Es el mundo al revés. El que busca que se respeten a los demás es discriminado, agredido y maltratado. El que es informal y viola la ley es vivo, mosca, rápido y respetado. Es un mundo donde hasta los policías se han acostumbrado a que todos violen la ley y por ello no hacen nada cuando ven regularmente a las personas violarla. Es un mundo donde todos compran videos piratas, a pesar de que es ilegal. Un mundo donde todos se faltan el respeto entre sí.
Y yo digo, ¿quiénes manejan estos modernos Mercedes, Audis, BMW, que yo asumo han sido comprados por gente honesta y trabajadora? Para tener un carro de estas características y pagar US$ 50,000 por él, además de los US$ 1,300 cada vez que entra al taller, uno tiene que ganar muy bien y ser gerente de una empresa o ser un alto funcionario público o ministro de Estado, tal vez.
Yo me pregunto, si estos gerentes manejan así por las calles de Chacarilla, Surco, Miraflores, San Isidro, sin importarles el bien común, ni la autoridad, ni nadie, cómo tomarán decisiones de inversión para sus empresas. ¿Lo harán preocupados por el bien común o serán tan informales, criollos o sinvergüenzas como lo son cuando manejan sus carros por las calles de Lima?
Son estas personas las que están sentadas en Palacio de Gobierno, en el Congreso, en el Poder Judicial, en los Ministerios y en las altas gerencias de las empresas más grandes del país. Y son estas personas las que toman decisiones todos los días sobre política económica y social en este país. Y son estas personas las que crean/destruyen valor para el Perú.
Porque para mí, la informalidad, la viveza criolla, la falta de respeto al prójimo, lleva poco a poco a la deshonestidad y el robo. Y, señores, yo veo que Lima cae cada vez más en eso.
Por ello cuando voy a cocteles y escucho a los grandes gerentes y directores de empresas indignarse porque Gregorio Santos y los comuneros de Cajamarca han tomado tal o cual carretera y están violando la ley y el gobierno no hace nada, yo sonrío. ¿Acaso estas personas no violan la ley y hacen lo mismo todos los días en las calles de Lima?
Para mí, el riesgo Perú es mucho mayor a lo que dice la tasa de interés del bono soberano peruano. Producto de toda esta informalidad, violación de la ley y falta de respeto a los demás que lamentablemente está de moda, el riesgo de que se tomen decisiones equivocadas y se afecten los puntos 1-3 mencionados es mayor. Las personas que supuestamente tienen educación y manejan este país (gerentes de empresas, ministros, directores, congresistas) no dan el ejemplo. Ello determina que el círculo vicioso se agrande. Por ello ganó el candidato antisistema en el 2011 y no me sorprendería que en las elecciones del 2016 tengamos un problema parecido o peor.
Así pues, ¿se puede invertir a largo plazo en el Perú estando tranquilos de que en el 2016 tendremos un gobierno amigable a la inversión privada? ¿Se puede invertir a largo plazo en empresas manejadas por personas informales que no respetan en el día a día la autoridad ni la ley? Se podría invertir a largo plazo en el Perú si se supiera que los peruanos somos personas que nos respetamos entre nosotros, que le enseñamos a nuestro hijos a respetar al prójimo y les enseñamos valores como respetar al policía, no meterle el carro a otra persona, no pasarse la luz roja, no pararse en la calle evitando que el carro de atrás pase, no tirando basura a la calle, no doblando a la izquierda cuando esté prohibido, no estacionando en un lugar reservado para personas discapacitadas, no invadiendo la vereda con el auto, etc.
Yo creo honestamente que el Perú es un país mucho más riesgoso de lo que dicen los analistas económicos y mucho más de lo que dice la tasa de interés del bono peruano. No tengo un parámetro mejor y por ello no planteó una variable mejor, pero sí hago una reflexión para todos aquellos que creen que al Perú no lo para nadie. Hemos mejorado, es cierto, pero falta mucho por hacer.
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