domingo, 19 de enero de 2014

DISCREPANCIAS SOBRE TRANGÉNICOS

DISCREPANCIAS SOBRE TRANSGÉNICOS POR: Alfredo Stecher

Como explicación de mi actitud general y como introducción, en este caso, al tratamiento de discrepancias en torno a los transgénicos (TG), quiero recordar mi rechazo a todo fundamentalismo, que, absolutizando verdades parciales de cualquier campo del conocimiento y de la actividad humana, puede causar y muchas veces causa enorme daño. Incluso causas justas pueden ser enturbiadas por la adhesión a ellas de personas con posiciones fundamentalistas al respecto, que con frecuencia, más que reforzarlas, las debilitan. Aplica el dicho ¡Mejor no me defiendas, compadre! Claro que también en esto hay grados y matices que es importante distinguir.
El principal daño que inflige un fundamentalismo consiste muchas veces, aparte de impedirnos ver bien la realidad y de alimentar extremismos, en que, al convertir en antagónicas contradicciones que pueden ser resueltas con el tiempo a través de la investigación, de la acumulación de experiencia y de la discusión, dificultan o hasta impiden ese proceso y generan un ambiente de conflicto agudo que invita a resolverlo por la fuerza y que tiñe también a otras confrontaciones, que siempre existen en toda sociedad. Impiden ver los aspectos positivos y aportes de la posición contraria, la evolución de la propia y posibles compromisos en la práctica.
Felizmente la confrontación entre defensores y cuestionadores de los TG, a pesar de incluir también posiciones fundamentalistas, no llega a los niveles de encono a los que llegan otros conflictos.
En setiembre escribí un artículo publicado en este Foro de la revista virtual del Grupo Agronegocios y lamento haberme demorado en darme cuenta de que el doctor Alexander Grobman había hecho en ella un largo comentario, lo que aprecio, ya que, al fomentar la discusión, facilita la clarificación de las ideas.
Aunque a veces resulte difícil, hay que tomar y valorar las ideas independientemente de quién las formula. Personas que suelen estar equivocadas pueden tener algunas ideas lúcidas y correctas. E incluso las personas más serias y hasta algunas mundialmente famosas en investigación en cualquier tema, a veces cometen errores garrafales, incluso en su propio campo, o expresan opiniones que posteriormente resultan desmentidas por la práctica, lo que no quita mérito a sus aportes. Ejemplos abundan. Y adversarios en un campo pueden ser aliados en otros; adversarios hoy, pueden ser aliados mañana, por cambios en las circunstancias y en las actitudes, sin afectar principios y valores.
Aprecio la actitud y los métodos científicos y la investigación y divulgación científica en todos los campos y las tomo en serio aunque cuestionen o contradigan mis conocimientos, experiencias o creencias previas, que siempre estoy dispuesto a revisar y a cambiar, si corresponde. Por otro lado considero que felizmente han pasado los tiempos en que, como tendencia general, la ciencia, o algunas ciencias en particular, eran como una nueva religión, de verdades inconmovibles e incuestionables, y su peso se ha relativizado, para bien, a la vez que se siguen desarrollando enormemente todas las ciencias y aportando nuevos conocimientos y soluciones técnicas a la vida humana.
A nuestra escala, y volviendo a abordar el tema de los TG, quiero dejar constancia de que aprecio al doctor Alexander Grobman como científico y como persona comprometida con el Perú y su desarrollo, y, lo que considero errores y ligerezas en su posición sobre los TG, no le resta mérito a su aporte en diversos campos.
Tomo alguna información sobre su persona de sus datos en Internet y de una entrevista reciente suya a Materia, revista informática, en Bogotá, en ocasión de Biolatam, encuentro de empresas tecnológicas organizado por la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), a la que asistió en su calidad de presidente de Perú Biotec, Asociación Peruana para el Desarrollo de la Biotecnología.
Su currículo es impresionante. Grobman obtuvo el grado de PhD en biología con especialidad en genética en 1962, en Harvard, con la tesisRaces of maize in Peru, their origin, evolution and classification(Variedades de maíz en el Perú, su origen, evolución y clasificación), publicada como libro por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Este trabajo fue precedido –y luego continuado- por una intensa labor de colección de toda la biodiversidad de maíz en el Perú, e incluye su estudio morfológico, genético, citogenético, adaptativo y de potencial agronómico. Además emprendió un vasto estudio etnobotánico de colecciones arqueológicas de maíz e impulsó, como fundador y primer director del Programa cooperativo de investigaciones en maíz, un Banco de genes de maíz en su forma original, en la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), mi alma máter como economista, banco que actualmente pasa de tres mil ejemplares.
Tuvo una muy destacada y reconocida carrera como investigador y profesor en la UNALM y, en su larga vida, muchas otras responsabilidades y actividades importantes. Destaco las quizá principales: ha sido miembro del plan nacional de la energía nuclear para la aplicación de marcadores radiactivos para trazar la absorción de fertilizantes; director de la División de experimentación del Servicio de Investigación y Promoción Agraria (SIPA); responsable del planeamiento del primer centro de cómputo con una macro computadora 1620 IBM en el SIPA y UNALM en 1967 (para la cual aprendí a perforar tarjetas de cómputo siendo estudiante); presidente de Gentec Data, primer distribuidor de Microsoft y de Redes Novell y de sistemas TeleVideo de cómputo en el PerúConsultor y encargado del programa de semillas de cebada maltera de Maltería Lima S.A.; gerente de la Asociación tabacalera de investigación científica y tecnológica del Perú, a cargo del exitoso desarrollo de tecnologías de producción de tabaco en Costa y Selva; director de Investigación y desarrollo para América Latina de la gran empresa multinacional de semillas Northrup, King & Co., con énfasis en el sorgo; director general asociado del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Palmira, Colombia, a cargo del desarrollo de su Unidad de semillas; fundador del nuevo INIA; socio de empresas consultoras agroempresariales; vicepresidente de Concytec; líder de misiones del Banco Mundial como asesor de países; es o ha sido presidente del directorio de Semillas Penta del Perú S.A. (desarrollo de híbridos de maíz y sorgo), Productora Agrícola del Campo SAC, Integradores de Sistemas S.A., y coordinador de programas agrícolas del Instituto Peruano de Economía Social de Mercado (sin fines de lucro); sigue cooperando en estudios arqueológicos y etnobotánicos; es coordinador del área de agricultura en la alianza política Unidad Nacional; tiene muchas publicaciones científicas.
Como se ve, el doctor Grobman es un científico y técnico muy destacado y respetable. Necesitamos muchos de su nivel en todos los campos. Y hay opiniones suyas que comparto. En mis siguientes artículos menciono algunas, seguidas de mis discrepancias.

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