miércoles, 1 de mayo de 2013

CONCYTEC PROHÍBE IMÁGENES DE SANTOS

EL BOLCHEVISMO LLEGO AL PERÚ, por Víctor Tirado

La Presidenta del CONCYTEC, a través de su correo electrónico ha emitido la orden que en el plazo de una semana sean retiradas de esa oficina las imágenes religiosas que ahí se exhiben, en un acto hostil para la Iglesia Católica porque las únicas imágenes religiosas que se exhiben son católicas.

Sucede que algunos empleados de esa institución, tal como sucede en otras dependencias públicas y privadas, tienen la costumbre de colocar imágenes religiosas al lado o en lugar de las de sus familiares.

Ese es un privilegio que cada ciudadano tiene el derecho de ejercer sin que nadie se lo impida ni lo reglamente, porque esa exposición no tiene la intención de ofender ni de incomodar a nadie, con excepción de los ateos, generalmente de filiación comunista.

No nos extrañaría que Gisella Orjeda, la Presidenta del CONCYTEC, profesara el credo comunista y busque imponer a sus trabajadores un ukase, abusivo e injusto, al mejor estilo soviético.

Ha hecho bien el sacerdote Gastón Garatea, conocido por sus posiciones liberales, en  protestar por este abuso de autoridad de la trasnochada discípula de Marx y admiradora de Stalin.

La funcionaria ha basado su orden en el hecho que el país es laico, pero omite por todo lo alto la realidad, que el pueblo peruano es eminentemente religioso y con una mayoría innegable católica.

Esa verdad se refleja todos los años en los recorridos que hace por las calles de Lima el Señor de los Milagros, oportunidad en la que no solo es acompañado por cientos de miles de fieles sino que, además, recibe el homenaje de las máximas autoridades, incluyendo la del Presidente de la República, congresistas, ministros y la actual administración izquierdista de la Alcaldía de Lima.

La funcionaria no tiene el derecho de ofender ni de recortar el derecho de veneración que desea exhibir cada persona aunque a ella no le guste, porque ese es el derecho y el libre albedrio de cada ciudadano.  Se puede ser ateo y merecer el respeto de quienes no lo son, pero igualmente, el que practica una fe merece el respeto del ateo, así como el musulmán y el judío merecen el respeto de católicos y demás cristianos y viceversa.   El Papa Francisco lo acaba de demostrar.

Gisella Orjeda no es dueña de la verdad y por encima de ella hay alguien superior que tiene la obligación de enmendarle la plana a esta bolchevique que está en un país que rechaza cualquier intento de sovietización y por supuesto, cualquier atentado contra su fe religiosa.

Soy una persona que cree en Dios pero que no me considero un practicante de fe alguna, pero respeto todas las creencias monoteístas porque Dios es uno solo, llámese Jehová, Allah o Jesucristo. Mi respeto a los creyentes, mi admiración a los que practican su fe y mi tolerancia para los ateos, siempre que exista respeto entre unos y otros, mientras se respete el derecho de los unos y de los otros. Fui criado como católico, bautizado, hice la primera comunión, me case por la iglesia Católica, pero estudie en colegio metodista, lo que me ha hecho ver la religión con cierto sentido de independencia, tolerancia y respeto por cualquier fe y cualquier buen practicante de las mismas.

El gobierno está obligado a tomar cartas en el asunto y desconocer la absurda orden de Gisella Orjeda, ratificando que el estado peruano puede ser laico, pero es respetuoso de la fe cristiana y al mismo tiempo reconocer el derecho que le asiste al pueblo peruano de practicar militantemente la fe Católica y cualquier otra forma de expresión de credo.

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