jueves, 25 de abril de 2013

CONSULTA PREVIA ES UN DERECHO


DEFENSOR DEL PUEBLO SOSTUVO QUE CONSULTA PREVIA FORTALECE LOS
SISTEMAS DEMOCRÁTICOS DE AMÉRICA LATINA


El Defensor del Pueblo (e), Eduardo Vega, sostuvo hoy que “apostar por la
consulta previa es apostar por el fortalecimiento de nuestros sistemas
democráticos. En América Latina habitan cerca de cuarenta millones de indígenas.
Ellos forman parte de más de quinientos pueblos históricamente discriminados y
excluidos del proceso de toma decisiones estatales, situación que el derecho a la
consulta previa busca revertir”.
Recordó que la implementación del derecho a la consulta previa es una inmejorable
oportunidad para que los gobiernos y los pueblos indígenas desarrollen un diálogo
de buena fe, sincero y transparente, que permita reconfigurar sus relaciones y
democratizar la gestión pública.
“Para ello, se requiere la firme voluntad de los Estados de garantizar su adecuada
implementación, a través de la ejecución de políticas públicas interculturales y
sostenibles, permanentes y eficientes, inclusivas y participativas”, dijo Vega en su
discurso de inauguración del evento internacional: “El Derecho a la Consulta Previa
a los Pueblo Indígenas: el Rol de los Ombudsman en América Latina”, que se lleva
a cabo en nuestra capital.
La jornada inaugural contó con la presencia de Defensores del Pueblo de 14 países
de Iberoamerica, de la Directora de la Oficina Regional para América Latina y el
Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Elizabeth Tinoco, y del
Presidente de la Federación Iberoamericana del Ombudsman, Anselmo Sella.
Vega señaló que este evento tiene el objetivo reflexionar en torno al derecho a la
consulta previa, intercambiar experiencias y fortalecer el rol de los Defensores del
Pueblo en la defensa de dicho derecho.
El funcionario indico que la implementación del derecho a la consulta requiere la
aprobación de normas e instrumentos de gestión claros que orienten a los
funcionarios estatales en su labor de implementación. Es imprescindible que cada
uno de los funcionarios del Estado y toda la sociedad, apostemos por una
verdadera cultura de diálogo intercultural.
Recordó que la complejidad de este proceso impone también otros desafíos que
debemos enfrentar, como la débil comprensión de la diversidad cultural, la escasa
preparación de los propios actores para el diálogo, el limitado conocimiento de los
funcionarios estatales sobre los derechos de los pueblos indígenas y una falta de
adecuación cultural de las políticas y de la misma gestión pública.

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